Publicado el 11 sept. 2015
Director General Jaime Septién Crespo Cámaras y Entrevista Chucho V Picon Edición Octavio Espinosa
¿A quién le canta Trenors?
Trenors primeramente la canta a Dios. Nosotros cada vez que vamos a un concierto, minutos antes de salir al escenario, siempre hacemos una oración, tomados de la mano y totalmente enfocados en Dios. Nuestros maestros de canto nos decían siempre: “Esas voces no son de ustedes; es un don que Dios les dio a ustedes para transmitirlo al mundo”. Y eso es lo que tratamos de hacer, enfocarnos en Dios y cantarle a la humanidad. Y si toda la humanidad estuviera enfocada en eso, tendríamos un mundo mejor.
¿Qué adversidad han tenido que enfrentar, y cómo la han superado?
Los obstáculos son muchísimos en esta carrera, que es muy hermosa pero a la vez muy difícil; es una carrera de resistencia. El que no tenga fe en Dios en verdad no puede llegar a ninguna parte. Primero tenemos fe en Dios; después tenemos fe en que cada uno de nosotros está haciendo lo mejor. Hemos tenido tiempos en los que hemos dicho “vamos a abandonar esto, porque es muy difícil”; la industria discográfica no afirma los talentos, no los ayuda, y hay que salir adelante por uno mismo. Pero hemos encontrado en Dios a nuestro gran “Manager”, nuestro refugio. Y cada vez que tenemos alguna caída, siempre estamos conectados con Él, y Él nos da aliento para seguir adelante.
Hay muchos jóvenes que no se atreven a rezar el santo Rosario. ¿Trenors cómo vive esta devoción a la Virgen María?
Los cuatro profesamos la fe católica, y para nosotros la Virgen María juega un papel muy importante, no sólo por ser Madre de Dios sino porque ella es intercesora, y nos dirigimos a ella porque sabemos que nuestras plegarias las hace llegar a Dios. En Venezuela ya teníamos en María una fe muy presente; pero aquí, desde que llegamos a México e incorporamos a Leonardo en el grupo, estamos muy llenos de la Virgen de Guadalupe, y ya hemos ido varias veces a visitarla a su santuario, y siempre está presente entre nosotros.
Actualmente muchos jóvenes y adolescentes están fuertemente influidos por el “reggaeton”, el “rock”, en fin… Cómo podrían ustedes definir su música, y por qué deberían escucharlos?
Cada persona tiene la facultad de decidir qué camino tomar; pero nosotros particularmente hemos escogido esto. Al empezar esta carrera, nos preguntaron eso mismo: “¿Por qué no hacen “reggaetón”, que es lo más popular y lo más fácil de grabar, y no necesitan cantar?”. Nosotros no, porque nos preparamos años en canto lírico, y además siempre hemos tenido estos principios de nuestros padres: nunca denigrar a la mujer, nunca decir una palabra despectiva contra otra persona, y el “reggaetón” se ha ido por esa rama. Y nosotros estamos tratando de rescatar el romanticismo, la caballerosidad del hombre hacia la mujer; todo esto que son líneas que van con Dios. Y creo que estamos incursionando entre los jóvenes este mensaje positivo, ya que la gente dice que el canto lírico es para los adultos, para las personas muy mayores. Nosotros pensamos que no es así, porque hemos visto cómo reaccionan los niños. Fuimos invitados a un colegio, una primaria, con niños de siete años máximo; cantamos y hubo una emoción muy grande, y de hecho, cuando terminamos de cantar, vinieron y nos abrazaron; y eso le pega a uno en el alma porque está llegando el mensaje a lo que queremos, a los niños, que son las semillitas, de manera que, cuando sean grandes, los varoncitos respeten y las niñas se hagan respetar. No queremos comunicar un mensaje de agresividad, sino un mensaje de amor, y creo que lo estamos logrando.
¿Qué mensaje le daría Trenors a aquellos jóvenes que actualmente, en Venezuela, en México y en toda América, viven desesperanzados y desesperados porque no tienen trabajo?
Hay una frase que dice: “No le hables a Dios de lo grande que son tus problemas, háblale a tus problemas de lo grande que es Dios”. Si nos encomendamos siempre a Dios, y si tenemos en verdad fe —que no es sólo ir un domingo o cualquier otro día a la iglesia, sino que es realmente sentirlo, es estar enfocado en hacer el bien, en ayudar al prójimo—, entonces si está muy fuerte la situación es que Dios nos está poniendo a prueba, porque lo que viene es mejor. Nunca hay que desenfocarnos.
¿A quién le canta Trenors?
Trenors primeramente la canta a Dios. Nosotros cada vez que vamos a un concierto, minutos antes de salir al escenario, siempre hacemos una oración, tomados de la mano y totalmente enfocados en Dios. Nuestros maestros de canto nos decían siempre: “Esas voces no son de ustedes; es un don que Dios les dio a ustedes para transmitirlo al mundo”. Y eso es lo que tratamos de hacer, enfocarnos en Dios y cantarle a la humanidad. Y si toda la humanidad estuviera enfocada en eso, tendríamos un mundo mejor.
¿Qué adversidad han tenido que enfrentar, y cómo la han superado?
Los obstáculos son muchísimos en esta carrera, que es muy hermosa pero a la vez muy difícil; es una carrera de resistencia. El que no tenga fe en Dios en verdad no puede llegar a ninguna parte. Primero tenemos fe en Dios; después tenemos fe en que cada uno de nosotros está haciendo lo mejor. Hemos tenido tiempos en los que hemos dicho “vamos a abandonar esto, porque es muy difícil”; la industria discográfica no afirma los talentos, no los ayuda, y hay que salir adelante por uno mismo. Pero hemos encontrado en Dios a nuestro gran “Manager”, nuestro refugio. Y cada vez que tenemos alguna caída, siempre estamos conectados con Él, y Él nos da aliento para seguir adelante.
Hay muchos jóvenes que no se atreven a rezar el santo Rosario. ¿Trenors cómo vive esta devoción a la Virgen María?
Los cuatro profesamos la fe católica, y para nosotros la Virgen María juega un papel muy importante, no sólo por ser Madre de Dios sino porque ella es intercesora, y nos dirigimos a ella porque sabemos que nuestras plegarias las hace llegar a Dios. En Venezuela ya teníamos en María una fe muy presente; pero aquí, desde que llegamos a México e incorporamos a Leonardo en el grupo, estamos muy llenos de la Virgen de Guadalupe, y ya hemos ido varias veces a visitarla a su santuario, y siempre está presente entre nosotros.
Actualmente muchos jóvenes y adolescentes están fuertemente influidos por el “reggaeton”, el “rock”, en fin… Cómo podrían ustedes definir su música, y por qué deberían escucharlos?
Cada persona tiene la facultad de decidir qué camino tomar; pero nosotros particularmente hemos escogido esto. Al empezar esta carrera, nos preguntaron eso mismo: “¿Por qué no hacen “reggaetón”, que es lo más popular y lo más fácil de grabar, y no necesitan cantar?”. Nosotros no, porque nos preparamos años en canto lírico, y además siempre hemos tenido estos principios de nuestros padres: nunca denigrar a la mujer, nunca decir una palabra despectiva contra otra persona, y el “reggaetón” se ha ido por esa rama. Y nosotros estamos tratando de rescatar el romanticismo, la caballerosidad del hombre hacia la mujer; todo esto que son líneas que van con Dios. Y creo que estamos incursionando entre los jóvenes este mensaje positivo, ya que la gente dice que el canto lírico es para los adultos, para las personas muy mayores. Nosotros pensamos que no es así, porque hemos visto cómo reaccionan los niños. Fuimos invitados a un colegio, una primaria, con niños de siete años máximo; cantamos y hubo una emoción muy grande, y de hecho, cuando terminamos de cantar, vinieron y nos abrazaron; y eso le pega a uno en el alma porque está llegando el mensaje a lo que queremos, a los niños, que son las semillitas, de manera que, cuando sean grandes, los varoncitos respeten y las niñas se hagan respetar. No queremos comunicar un mensaje de agresividad, sino un mensaje de amor, y creo que lo estamos logrando.
¿Qué mensaje le daría Trenors a aquellos jóvenes que actualmente, en Venezuela, en México y en toda América, viven desesperanzados y desesperados porque no tienen trabajo?
Hay una frase que dice: “No le hables a Dios de lo grande que son tus problemas, háblale a tus problemas de lo grande que es Dios”. Si nos encomendamos siempre a Dios, y si tenemos en verdad fe —que no es sólo ir un domingo o cualquier otro día a la iglesia, sino que es realmente sentirlo, es estar enfocado en hacer el bien, en ayudar al prójimo—, entonces si está muy fuerte la situación es que Dios nos está poniendo a prueba, porque lo que viene es mejor. Nunca hay que desenfocarnos.
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