Para
fabricar lo que compramos se precisan materias primas (petróleo, madera
o agua) que, por su difícil extracción o por su escasez en la
naturaleza, no podemos permitirnos el lujo de derrochar.
- Evitar utilizar artículos desechables (pañuelos de papel, rollos de cocina, vasos y platos de cartón, cubiertos de plástico, etc.).
- No abusar del papel de aluminio o del papel film transparente y conservar los alimentos en recipientes duraderos o fiambreras.
- Utilizar nuestras propias bolsas o el carrito para la compra y recuperar viejas costumbres como la talega de pan y los cestos.
- Evitar la compra de productos excesivamente envasados o empaquetados. Lo importante es el producto y no lo atractivo que sea el embalaje.
- Elegir productos en envases de gran capacidad o adquirir los alimentos a granel.
- Evitar la compra de alimentos envasados en este tipo de envase tipo brik (reciclado muy costoso) y sustituirlos por otros con envase de vidrio.
- Apagar la televisión cuando no se esté viendo y las luces cuando no se necesite. Utilizar bombillas de bajo consumo en casa y en el trabajo.
- No comprar pequeños electrodomésticos para realizar operaciones que se puedan hacer manualmente (abrelatas, cuchillos, picadoras, etc.).
- Utilizar pilas recargables o pilas verdes no contaminantes.
- Reducir el consumo de agua (ducha en lugar de baño) y vigilar pérdidas de agua de los grifos.
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