domingo, 20 de septiembre de 2020

Holy y el mensaje que Justin Bieber quiere dar

#Holy ¡Qué manera de despertar!Los que trabajamos en evangelización digital tenemos la mala costumbre al despertar de, incluso antes de decir nuestras primeras oraciones del día (aquí podría ir tranquilamente ese emoji del monito tapándose los ojos), consultar el celular y las redes sociales para ver cómo ha amanecido el mundo y qué fue lo que pasó mientras dormíamos.

¡Justin Bieber! Jamás me hubiera imaginado que una canción suya pudiera alegrarme y conmover mi día de la manera en que lo ha hecho. Para lo que aún no han visto el video, se los dejamos aquí. Véanlo varias veces.

 

Holy y el mensaje que Justin Bieber quiere dar

«Holy» (santo), es el título de este nuevo tema que viene acompañado de un video lleno de simbolismo. Las primeras interpretaciones de la prensa y distintos medios se han centrado en el simbolismo político (latinos, afroamericanos, crisis, ejército etc).

Efectivamente, algo de esto puede y seguro debe haber. Personalmente, creo que detrás este tema hay algo mucho más grande de lo que todos creemos y creo que sus declaraciones me avalan:

«Hola a todos mis amigos, seguidores y fans: hice una de mis canciones más importantes con uno de mis amigos más solidarios y realmente quiero que la escuchen esta noche cuando se estrene. Sé que este disco te hará sentir algo y sé que ese
sentimiento es amor. Todo lo que te pido es que tuitees #holy hoy y le hables a alguien sobre la canción.

Llevamos un tiempo rockeando juntos y el hecho de que estés leyendo esto es un acto de amor en sí mismo. Por favor, explota #Holy todo este fin de semana y compártelo con tantas personas como puedas. Este es el comienzo de una nueva era para todos nosotros. Dios es amor, paz».

El despertar de un amor sobrenatural

La letra inicia con la reflexión de un hombre que se reconoce frágil, pecador, imperfecto pero que está frente a algo que lo mueve a cuestionarse la gradeza de lo santo.

Increíblemente lo que motiva este cuestionamiento parece ser un encuentro íntimo entre un hombre y una mujer. Esta afirmación puede parecer escandalosa, pero no lo es.

La historia de la humanidad está llena de canciones, poemas, obras literarias inspiradas por estos encuentros íntimos. A los ojos de muchos, y en estricto rigor por estar fuera del matrimonio, los calificamos de pecaminosos.

Tratemos de dejar a un lado ese impulso de ajusticiamiento que solemos llevar dentro y entendamos que cuando un hombre y una mujer se aman, verdaderamente se aman, esa sensación de «tocar el cielo» es real y muy intensa.

No me mal interpreten, no estoy promoviendo las relaciones fuera del matrimonio. Lo que estoy diciendo es que creyentes no tan comprometidos, ni tan conocedores de la fe, incluso personas no creyentes son capaces de percibir la grandeza de un amor conyugal.

Amor que nos empieza a hablar de un para siempre

La canción continúa y este cuestionamiento encuentra un eco en el corazón que le dice que este amor tan grande necesita de algo, un acto, incluso público, que lo haga totalmente comprometido y que esté a la altura de la naturaleza que percibe.

En medio del coro se escucha: «running to the altar like a track star» (corriendo hacia el altar como lo haría una estrella del atletismo).

El video y la canción nos comunican que la convivencia no es lo mismo que el matrimonio. Siempre hay un escape, una puerta trasera que queda abierta. Un amor grande necesita un compromiso así de grande.

El valor de un compromiso ante Dios

Y lo más grande de este universo es Dios. Cuando nos encontramos frente a un sentimiento tan hondo que nos empuja a tomar decisiones que impactarán irrevocablemente nuestras vidas, la seguridad solo la podremos encontrar en Dios.

Algunos me dirán que no hay garantía de nada en esta vida. Que el buen destino de un matrimonio depende de muchos factores. Y efectivamente así es.

El buen destino de un matrimonio depende del compromiso de ambas partes, de la decisión libre de amarse para toda la vida. De ser como una sola carne, del compromiso formar una familia y criar a los hijos, de mantenerse unidos en lo bueno y en lo malo, sí.

A todo esto, sí. Pero además, un matrimonio sacramental cuenta con la ayuda tangible de Dios. Y en eso no exagero ni un poco. No es raro pues que busquemos algo muchísimo más grande y comprometido que una simple convivencia cuando nos encontramos frente un amor así.

La ayuda de los otros

En muchos momentos de esta canción la letra habla de la opinión del resto. Algunos le dicen que para qué se casa, y le ofrecen diversión sin fin. Otros, adultos que tal vez admiramos y respetamos nos advierten de nuestra juventud para algo tan serio. Las dudas vienen. Muchos conocemos esta situación.

Cuando mi esposo y yo nos íbamos a casar, muchos nos dijeron que no lo hiciéramos, que todo era muy rápido, que era mejor convivir y de ahí ver qué pasaba.

Me pregunto cuántos, haciendo oídos a estos consejos, pueden tomar decisiones equivocadas estropeando tal vez amores tan bellos. ¡Qué importante son los matrimonios comprometidos! Amantes.

Aquellos que pueden dar fe de lo hermoso que es el matrimonio. Y que esta hermosura no significa que todo sea fácil o que los problemas no existan.

Ese soldado que se encuentra con esta pareja, que se ama, pero que camina sin destino fijo, representa para mi, la experiencia, el valor, la fortaleza del guerrero que lucha día a día por construir un matrimonio sólido.

Ese regresar a casa y encontrar a su esposa que lo ama, que lucha a su lado, a sus hijos. Qué mejor imagen y enseñanza para esta pareja que sabe que se ama tanto.

Qué hermoso saber que lo que sienten es real y que hay amores hermosos, seguros. Que mejor empujón para tomar esa decisión, para dar ese primer paso juntos frente al padre.  La letra no es casual:

«I wanna honor you. Bride’s groom, I’m my father’s child. I know when the son takes the first step, the father is proud. If you make it to the water, he will part the clouds. I know he made you a snack like Oscar proud. Suffering to be so proud, gotta clean it up.

Formalize the union and communion he can trust. I know I ai’t leaving you, like I know he ain’t leaving us. I know we belive in God like he believe in us»

«Quiero honrarte. Yo soy el hijo de mi padre. Yo sé que cuando el hijo da el primer paso, es el orgullo del padre. Si logra llegar hasta el agua, él partirá las nubes. Yo sé que él te dio un orgullo grande, y has sufrido a causa de él. Necesitas poner todo en orden.

Formaliza la unión y comunión que él pueda confiar. Yo sé que no te voy a dejar, así como sé que él no nos dejará. Yo sé que nosotros creemos en Dios, así como Dios cree en nosotros»

Un recordatorio

Cuando nos preparábamos para casarnos, conocimos a unos esposos (un matrimonio católico comprometido) que con el paso del tiempo se convirtieron en nuestros grandes amigos, ellos fueron los que nos guiaron. Los que con su ejemplo despejaron toda duda y nos acompañaron incluso hasta el altar.

Que sea el compromiso de todos los matrimonios católicos ser ejemplo para aquellos jóvenes que tanto lo necesitan.
Así que ya saben, «Holy» por Justin Bieber se acaba de convertir en material obligatorio para la catequesis matrimonial de las nuevas generaciones.

https://catholic-link.com/holy-cancion-justin-bieber/

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