Estimadas Compañeras y Estimados Compañeros:
En
referencia a ese documento de Ordenación de las Enseñanzas LOMLOE de
Canarias, quiero dejarles aquí unas puntualizaciones para que
reflexionemos y estudien ustedes el camino a seguir. Creo que los años
que tengo y la experiencia me avalan, posiblemente siendo el Director
más veterano de toda Canarias. Esta No es una manifestación para
replica, simplemente para analizar la situación, que como bien expone
Antonio Sánchez, es impresentable e inadmisible. Y, aun así, parece que
la aceptamos y tragamos con la rueda de molino: pues manifestar que
tendremos un quebradero de cabeza para organizar los horarios en función
del Área de Religión, preguntarnos a que área le vamos a detraer 15
minutos o plantearnos que esos 15 minutos salen de quitárselos del
recreo al alumnado una vez a la semana, …, es aceptar la injusticia, la
insolidaridad y la falta de compañerismo.
En primer
lugar, quiero dejar claro que nuestro País, nuestra Comunidad Autónoma
es un ente democrático, policonfesional, donde todas las religiones
tienen cabida. Y me declaro aconfesional y entiendo que la formación en
las escuelas debe ser así, ACONFESIONAL.
Pero
vayamos a los hechos: La ESCUELA en una institución que cumple un papel
compensador socialmente, en todas las direcciones, donde se trabaja y se
sientan los cimientos de la igualdad, de la cultura de la paz, de la
solidaridad, del rechazo a cualquier indicio de discriminación, del
compañerismo, de la colaboración y cooperación, del respeto, del
reconocimiento al trabajo, al esfuerzo realizado, etc. Pues bien, como
llevo mucho tiempo de maestro, he recorrido la historia de la escuela,
siendo partícipe de la misma. Años atrás, el Profesorado de Religión
tenía un contrato laboral completo semanal. Pero con la disminución de
la natalidad, la matrícula bajaba, y los Centros Educativos perdieron
unidades. Sin embargo, el profesorado de Religión, con su contrato
laboral completo (que no se acercaba al talón de nuestro sueldo), se
mantenía en los Centros y disponía de bastantes horas sin clases, en
referencia a las que le reconocía la respectiva Ley de Educación del
momento, con lo que, en muchos Centros, completaban horario, atendiendo a
alumnado con dificultades. Vamos, echando una mano para sacar adelante a
ese alumnado que no avanzaba.
Pero llegó la crisis
económica del 2008, provocada por la burbuja inmobiliaria, crisis que
repercutió en nuestro salario, y que aún hoy arrastramos (fijémonos en
nuestras pagas extras). Entonces, El Ministerio de Educación, que es de
quien depende este profesorado de Religión, se fijó en ese desajuste
entre horas de religión a impartir y contrato que tenía este
profesorado, con lo que prohibió que ese profesorado pudiera realizar
esas horas de docencia, y reajustó los contratos a la realidad de la
necesidad de horas contempladas para la Religión, con lo que dicho
profesorado vio mermado su sueldo (recuerden que no se acercaba al del
resto del profesorado). Pero, es más, el MEC se planteó que, si las
Comunidades Autónomas tienen cedidas competencias en Educación, este
profesorado de Religión debe ser cedido a dichas Comunidades, hecho que
ya se va a producir, porque las Consejerías de Educación tienen perdido
el conflicto con el MEC. Y es aquí, cuando, en ese tira y afloja entre
Comunidades Autónomas y MEC, a nuestra Consejería se le ocurre la
brillante idea de darle un giro de tuerca más, y nos mete en su
conflicto, nos anima a ser insolidarios y romper el compañerismo: nos
pide que seamos los Centros los que, dentro de las dos sesiones de 45
minutos dedicadas a la Religión, decidamos, en Claustro, un Área de
Profundización entre la Religión y un Área Instrumental, y con esa
decisión va unida la repercusión en los sueldos de esas Compañeras y
Compañeros, en plena crisis económica, cuando en muchos casos, dentro de
la unidad familiar de ese profesorado, era la única entrada de dinero.
¿Cómo encaja esa decisión con la labor COMPENSATORIA, con la
SOLIDARIDAD, el COMPAÑERISMO, etc.
[6/6 17:53]
Alberto: de la ESCUELA? ¿Y tras esa decisión, esa sesión de trabajo
restada a nuestras Compañeras y Compañeros del Área en cuestión, ha
repercutido en un aumento de profesorado en la plantilla del Centro para
atender al alumnado con dificultades? NO. Al contrario, restó posibles
horas para apoyo pedagógico, ya que, si en un grupo clase se daba la
circunstancia de no tener alumnado de Religión, el Tutor/a podía
desarrollar una sesión de apoyo.
¿Esa decisión ha
repercutido en una mejora del éxito escolar, fijándonos en el alumnado
que manifiesta dificultades en su proceso de aprendizaje? NO. Porque una
sesión de 45 minutos a la semana, dedicada a todo el alumnado
(profundización), y no sólo al de refuerzo de manera individualizada o
en pequeño grupo, no es significativa para lograr que superen los
Criterios de Evaluación a los que no llegan.
Claro,
no todos los Centros Educativos se dejaron guiar por esa propuesta de
la Consejería, porque lo que vimos es que no era significativa de cara
al aprendizaje y, por el contrario, mirando la parte laboral y las
condiciones de esa trabajadora o trabajador, y su situación económica
familiar, no era de justicia y menos en tiempos de crisis; se antepuso
el valor del COMPAÑERISMO, LA SOLIDARIDAD, la JUSTICIA SOCIAL
COMPENSATORIA, la JUSTICIA LABORAL,... NO ENTRAMOS A CONVERTIRNOS EN LOS
AGENTES CULPABES DE ESA INJUSTICIA SOCIAL Y LABORAL, orquestada por los
políticos de turno.
La vida siguió avanzando, y se
nos presentó la Pandemia de la COVID -19, con la que seguimos
conviviendo. En los momentos más complicados, cuando se abrieron de
nuevo las escuelas para continuar con la enseñanza presencial, cuando no
se podía mezclar al alumnado, cuando tuvimos que utilizar todos los
espacios de los Centros Educativos para salvaguardar la distancia social
de seguridad, se le pidió, al profesorado de Religión, el cual se puso a
nuestra disposición para lo que hiciera falta, que impartiera la
materia desde una perspectiva de valores cívicos y sociales, que la
propia Religión resalta, sin entrar en los aspectos dogmáticos de la
deidad, para así, evitar problemas con las familias del alumnado que
libremente elige NO Religión. Y, la gran mayoría, lo hicieron.
Y
ahora, cuando se ha gestado una nueva LEY de Educación, con la nueva
Ordenación de las Enseñanzas, vuelven a darle una vuelta de tuerca a la
situación, metiéndonos en un conflicto que carece de sentido, pues
piensen si tener una sesión, a 60 minutos, o dos a 90 minutos, es
significativo de cara a una mejora de la Educación. Nos complica la
vida, pues tenemos que decidir, no un área de profundización (que ya era
errónea en su definición), sino en un área a la que hay que detraer 15
minutos (como si ese tiempo fuese de vital importancia para alcanzar un
gran éxito escolar), y con ello el conflicto entre el profesorado y,
evidentemente, la complejidad de estructurar unos horarios coherentes
para obtener el mejor resultado de nuestro alumnado. Toda esta situación
vuelve a repercutir en las condiciones económicas – laborales de dicho
profesorado.
En conclusión, Compañeras y
Compañeros, La misma Consejería de Educación, Universidades, Cultura y
Deportes de Canarias, que nos ha involucrado en esa noble función de
Escuela COMPENSADORA, SOLIDARIA, PROMULGADORA DE VALORES DE
COMPAÑERISMO, DE COOPERACIÓN, DE IGUALDAD, DE CULTURA DE LA PAZ,…, nos
trae esta situación conflictiva a los Centros Educativos de Canarias. Es
una VERGÜENZA.
Mi opinión es que es INADMISIBLE.
Debemos NEGARNOS y no admitirlo. Creo que debemos movilizar a nuestros
agentes sociales LOS SINDICATOS y nosotros mismos manifestar nuestro
rechazo a dicha propuesta. ¿Por qué dentro de la nueva LEY no se puede
dejar la estructura horaria que ha venido funcionado hasta ahora? ¿Qué
beneficio aporta dicha propuesta?
Les
vuelvo a recordar que esta es mi visión de la situación, mirándola
desde una perspectiva, meramente laboral social y desde una estructura
de ordenación de las enseñanzas en positivo.
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