viernes, 11 de marzo de 2011

ORACIÓN “AUXÍLIAME EN LA DESGRACIA”


POR PROFESOR. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ
FUENMAYOR.MARACAIBO.ESTADO ZULIA.
REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED LUNES
06 JULIO DE 2009

O R A C I Ó N

¡Sálvame, Dios mío, porque el agua me llega a la garganta!
Estoy hundido en el fango del Abismo y no puedo hacer pie;
he caído en las aguas profundas, y me arrastra la corriente.
Estoy exhausto de tanto gritar, y mi garganta se ha enronquecido;
se me ha nublado la vista de tanto esperar a mi Dios
Más numerosos que los cabellos de mi cabeza, son los que
me odian sin motivo; son más fuertes que mis huesos, los que
me atacan sin razón. Y hasta tengo que devolver lo que yo no
he robado! Pero mi oración sube hasta ti, Señor, en el momento
favorable: respóndeme, Dios mío, por tu gran amor, sálvame,
por tu fidelidad. Sácame del lodo para que no me hunda, líbrame
de los que me odian y de las aguas profundas; que no me arrastre
la corriente, que no me trague el Abismo, que el Pozo no se cierre
sobre mí. Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor, por tu gran
compasión vuélvete a mí; no le ocultes el rostro a tu servidor,
respóndeme pronto, porque estoy en peligro.
Amén.


COMENTARIO
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)
Una de las mejores formas de recibir una buena enseñanza
espiritual es la que resulta de una conversación con Dios.
Conversar con el Señor es tener un adelanto de lo que será
nuestra vida en el reino de los cielos. No se puede describir
la emoción que sentimos cuando platicamos con Dios. Y en esta
oración amigo y amiga que la lees, podemos encontrar refugio,
auxilio y apoyo en las situaciones de adversidad, desgracia,
tribulación o tragedia que experimentemos. Para Dios no existe
nada imposible. Él lo puede todo, lo sabe todo y puede estar en
cualquier lugar, al mismo tiempo que se encuentre en otro.
Nuestra fe, nuestra fidelidad a Dios es garantía de salvación
y ayuda para resolver cualquier problema que nos aqueje.
Cuando atravesamos por los caminos del fracaso. Cuando
nuestros enemigos, adversarios y aquellos que alguna vez
nos brindaron su amistad, promueven el odio, la acechanza
y el ataque artero en nuestra contra, solamente la misericordia,
la piedad, el amor y la fuerza justiciera de Dios es capaz de
neutralizar, eliminar y extinguir los efectos de esas actitudes,
conductas y hechos. Cuando se está hundido en el fango, en el
lodo de la desesperación, de la enfermedad, del escarnio, de la
derrota, de la pobreza y de la miseria, los familiares, amigos,
conocidos, desaparecen de nuestro entorno. Ni al enfermo,
ni al recluso carcelario, ni al mas pobre, se le quieren tener
cerca y mucho menos asumir la obligación ética, espiritual e
incluso en algunos países con características de obligación legal,
de prestarles ayuda, de ser solidarios con ellos. En esta hora oscura,
cargada de ofensas en mi contra. En esta situación en la que mis
fuerzas parecen abandonarme de manera absoluta, en la que mis
huesos están a punto de quebrarse por la saña y el ataque de los
que hoy me confrontan, sin motivo, en esta hora de la dificultad
Señor,
clamo a ti para que tu compasión permita tu presencia y
todos mis
problemas desaparezcan. Reconozco mi condición de
pecador, no he
ocultado las ofensas que te he hecho. Pero también
sé Señor que tú
eres misericordioso, justo y piadoso, por ello y
por la sangre derramada
por nuestro Señor Jesucristo,
me aferro a ti. Respóndeme Señor y lávame
Jesús con tu
preciosa sangre, no permitas que el pozo del odio, de la
enemistad,
de la violencia y del deshonor, se cierre para siempre y

muera yo sin haber visto el triunfo de la verdad, la justicia, y
tu celestial
e infinita misericordia. Animo, gozo, alegría...

Fuente:
http://mervygonzalez.blogspot.com/2009/07/
oracion-auxiliame-en-la-desgracia.html

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