George
Lucas quería que las Guerras de las Galaxias fuera una nueva mitología
que enseñase a una nueva generación la espiritualidad, el bien y el mal.
En sus películas ha usado deliberadamente temas comunes en las
historias bíblicas y varias religiones. Estos son los siete temas
fundamentales que buscar en la nueva película.
Vocación: la llamada,
el rechazo inicial y la aceptación de la llamada. Luke es un muchacho
sencillo de granja en un planeta remoto, pero el viejo Obi-Wan le llama a
aprender los caminos de la Fuerza. Luke al principio rehúsa. “¡No iré a
Alderaan!”, dice, pero al final deja su vida atrás, siguiendo a su
maestro (y después a Yoda) para convertirse en Jedi.
La existencia de un poder superior invisible: el aprendiz de Jedi debe aprender a abrirse a un poder superior que le guiará y que puede incluso “hacer milagros”. No hay que confundirlo con el Espíritu Santo pues es de naturaleza impersonal, pero con todo es un principio guía que puede ofrecer la luz si se le abren el corazón y la mente. “Usa la Fuerza, Luke”.
Tentación: usar los talentos y los dones por razones egoístas, por miedo, rabia u odio. Darth Vader una vez fue un buen chico, pero fue seducido por el camino “fácil” del Lado Oscuro. Seguir el camino de la luz es difícil y requiere esfuerzo, renuncia y sacrificio.
Mal: la realidad del mal que deriva de la elección de rechazar la luz y arrojarse a la oscuridad. La decisión de rechazar la luz puede tener consecuencias dramáticas para el resto del universo. Algunos personajes de las Guerras de las Galaxias parecen encarnar este mal de manera personal, como Darth Maul con sus semejanzas demoniacas, y el Emperador.
Sacrificio redentor: no hay amor más grande que dar la vida por los amigos. A veces salvar a las personas de la oscuridad puede traer sufrimiento y sacrificio. Obi-Wan se deja matar por Darth Vader para que Luke, Leia y Han puedan huir.
Conversión: a pesar del poder que la oscuridad puede tener sobre el alma de alguien, en alguna parte de lo profundo del ser existe el bien. La conversión, el perdón y la redención son posibles hasta el final. Luke dice a Darth Vader: “Siento el bien en ti”. Esta confianza al final vence a Vader, que se convierte en el salvador que estaba llamado a ser.
Renacimiento y resurrección: la muerte no es siempre el final; una vida bien vivida puede durar también después de la muerte. Obi-Wan, Anakin y Yoda aparecen como espíritus después de su muerte. Las Guerras de las Galaxias está lleno de “despertares” de personas o cosas que parecían estar muertas pero que vuelven a la vida, como Han Solo después de ser congelado en la carbonita, que es “reensamblado” después de que le disparen.
Las Guerras de las Galaxias son una metáfora de nuestra época. Hemos olvidado nuestra herencia religiosa, las historias que guían nuestras elecciones. Esto nos hace vulnerables a la tentación del egoísmo, del miedo, de la rabia y del odio, pero la fe vuelve a aparecer siempre. Han Solo empieza como ateo pero acaba por transmitir su fe en la Fuerza a una nueva generación que pensaba que las viejas historias no eran sino mitos y fábulas. “Todo esto es verdad”, les dice.
La existencia de un poder superior invisible: el aprendiz de Jedi debe aprender a abrirse a un poder superior que le guiará y que puede incluso “hacer milagros”. No hay que confundirlo con el Espíritu Santo pues es de naturaleza impersonal, pero con todo es un principio guía que puede ofrecer la luz si se le abren el corazón y la mente. “Usa la Fuerza, Luke”.
Tentación: usar los talentos y los dones por razones egoístas, por miedo, rabia u odio. Darth Vader una vez fue un buen chico, pero fue seducido por el camino “fácil” del Lado Oscuro. Seguir el camino de la luz es difícil y requiere esfuerzo, renuncia y sacrificio.
Mal: la realidad del mal que deriva de la elección de rechazar la luz y arrojarse a la oscuridad. La decisión de rechazar la luz puede tener consecuencias dramáticas para el resto del universo. Algunos personajes de las Guerras de las Galaxias parecen encarnar este mal de manera personal, como Darth Maul con sus semejanzas demoniacas, y el Emperador.
Sacrificio redentor: no hay amor más grande que dar la vida por los amigos. A veces salvar a las personas de la oscuridad puede traer sufrimiento y sacrificio. Obi-Wan se deja matar por Darth Vader para que Luke, Leia y Han puedan huir.
Conversión: a pesar del poder que la oscuridad puede tener sobre el alma de alguien, en alguna parte de lo profundo del ser existe el bien. La conversión, el perdón y la redención son posibles hasta el final. Luke dice a Darth Vader: “Siento el bien en ti”. Esta confianza al final vence a Vader, que se convierte en el salvador que estaba llamado a ser.
Renacimiento y resurrección: la muerte no es siempre el final; una vida bien vivida puede durar también después de la muerte. Obi-Wan, Anakin y Yoda aparecen como espíritus después de su muerte. Las Guerras de las Galaxias está lleno de “despertares” de personas o cosas que parecían estar muertas pero que vuelven a la vida, como Han Solo después de ser congelado en la carbonita, que es “reensamblado” después de que le disparen.
Las Guerras de las Galaxias son una metáfora de nuestra época. Hemos olvidado nuestra herencia religiosa, las historias que guían nuestras elecciones. Esto nos hace vulnerables a la tentación del egoísmo, del miedo, de la rabia y del odio, pero la fe vuelve a aparecer siempre. Han Solo empieza como ateo pero acaba por transmitir su fe en la Fuerza a una nueva generación que pensaba que las viejas historias no eran sino mitos y fábulas. “Todo esto es verdad”, les dice.
Padre Roderick Vonhögen (@FatherRoderick) es un sacerdote católico, podcaster y se describe a sí mismo como Geekpriest.
No hay comentarios:
Publicar un comentario