El
11 de febrero de 1858, Bernadette, una niña de catorce años, recogía
leña en las afueras de Lourdes, cuando acercándose a una gruta, vio una
nube dorada y a una Señora vestida de blanco, con sus pies descalzos
cubiertos por dos rosas doradas, que parecían apoyarse sobre las ramas
de un rosal, en su cintura tenia una ancha cinta azul, sus manos juntas
estaban en posición de oración y llevaba un rosario. Bernadette al
principio se asusto, pero luego comenzó a rezar el rosario que siempre
llevaba consigo, al mismo tiempo que la niña, la Señora pasaba las
cuentas del suyo entre sus dedos, al finalizar, la Virgen María
retrocedió hacia la Gruta y desapareció. Estas apariciones se repitieron
18 veces, hasta el día 16 de julio. En las apariciones, la Señora
exhortó a la niña a rogar por los pecadores, manifestó el deseo de que
en el lugar sea erigida una capilla y mando a Bernadette a besar la
tierra, como acto de penitencia para ella y para otros, el pueblo
presente en el lugar también la imito y hasta el día de hoy, esta
práctica continúa. El 16 de julio de 1858, la Virgen María aparece por
última vez y se despide de Bernadette. En el lugar se comenzó a
construirse un Santuario, el Papa Pío IX le dio el titulo de Basílica en
1874. Las apariciones fueron declaradas auténticas el 18 de Enero 1862.
Lourdes es uno de los lugares de mayor peregrinaje en el mundo,
millones de personas acuden cada año y muchísimos enfermos han sido
sanados en sus aguas milagrosas.
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