miércoles, 9 de octubre de 2013

Reflejos de Luz

El Credo, síntesis de la fe de los cristianos, es un tema que articula gran parte de los contenidos del currículo de Religión, por lo que está muy presente en nuestra materia. El siguiente vídeo ofrece una versión moderna del Símbolo de los Apóstoles. Es la grabación de la canción Creed, un tema de Rich Mullins (1955-1997), cantante y compositor de música cristiana contemporánea en Estados Unidos. Esta versión es interpretada por el grupo Third Day en conjunto con el cantante Brandon Heath. Además de ir repasando los artículos del Credo en la letra, añaden una sentencia que ilumina muy bien el sentido vital de esta oración y el carácter gratuito de la fe.
Evangelio: Lucas 10,38-42
"Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la mejor parte"
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señeor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano." Pero el Señor le contestó: "Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán."
Dos anacoretas vivían juntos sin haber discutido nunca. Uno de ellos dijo: - <>.
- << Si te parece bien, pues adelante, pero no sé cómo empezar >>, repuso el otro.
- << Sencillo: ves este ladrillo, pues yo voy a defender que es mío y no tuyo >>.
- << Ciertamente, repuso el otro, ese ladrillo puede ser tuyo, porque yo no estoy muy seguro de que me pertenezca a mí >>.
- <>.
- << Entonces - replicó el otro - cógelo si así es >>.
Y aquellos anacoretas no lograron discutir nunca.

(Anónimo del s. IV)
Cierta vez un niño visitó una pequeña pero hermosa casa en un tranquilo barrio. La casa era de dos pisos, con alfombras en los cuartos, paredes blancas y una gran ventana con vista al jardín. Le
encantó aquel lugar y en su corazón pidió a Dios tener una casa así al crecer, para poder ver crecer a sus hijos. El tiempo pasó y aquel niño creció y como es costumbre, olvidó esa y muchas otras
peticiones que se hacen a Dios cuando se es niño. Estudió, se graduó como profesional y se casó.

Una noche clara de verano mientras su esposa dormía tranquilamente en su primer mes de embarazo, tomó la Biblia y leyó el Salmo 37:4 que dice: "Deléitate en el Señor, y Él te concederá los deseos más profundos de tu corazón". Por un momento se detuvo a pensar y meditaba mientras caminaba por la alfombra del cuarto, entonces bajó al primer piso de su casa. Al llegar abajo cayó de rodillas, y rodeado de paredes blancas, en medio de la quietud de aquel barrio, mientras miraba por la ventana grande que daba al jardín... agradeció en medio de lágrimas a Dios diciendo: "Gracias Señor, pues eres fiel en todo y cumples aún aquello que yo mismo había olvidado...".

Todos tenemos sueños, deseos y anhelos y muchas veces nos frustramos por no alcanzarlos dejando de lado la confianza en Dios y la fe de creer en sus palabras, y olvidamos aquella frase de la Biblia que dice: "Poderoso es Dios para cumplir lo que promete". Si tienes un corazón puro, deseoso de servir a Dios cada día, no te debe quedar ninguna duda de que Dios cumplirá, pues su fidelidad
Dijo el falso profeta:

Felices los Ricos porque ellos lo tienen todo y poseen la tierra…
Y dijo el dios Tener: Si quieres venir tras de mi, ve,… acumula todo lo que puedas, no lo compartas con nadie y sígueme. Nunca estarás solo, tendrás muchos amigos y nada te faltará. Quien más tienen más vale.

Felices los Conformistas porque todo os va bien y nadie tienen que consolaros…
Y dijo el dios Comodidad: Si quieres seguirme, ve y prueba de todo un poco pero sin comprometerte con nada ni con nadie. No seas creativo, no te comas el coco, adáptate a lo que hay. Puedes hacer lo que quieras pero sin mojarte, incluso celebrar la Eucaristía…, no soy un dios celos; eso sí –y en esto soy muy exigente- que estar cómodo sea lo más importante de tu vida.

Felices los Poderosos, los trepas, ya que ellos hacen lo que les da la gana sin que nadie les vacile.
Y dijo el dios Poder: Ve… pisa a quien puedas, haz la pelota, miente, machaca con tu crítica y créetelo… ¡eres el mejor!. Pásaselo por delante de la cara a los demás. ¡Ah! Y de vez en cuando haz algo bueno. Perdona a alguien la vida, pero eso sí, díselo a todo el mundo que has sido tú, no vayan a pensar que pasas de los demás.

Felices los superficiales, los que viven de apariencias dando el pego, porque siempre estáis de moda.
Y dijo el dios Masa: Ve, disuélvete en el mogollón, ponte las marcas que te diga, da como puedas culto al cuerpo. No preguntes el porqué de las cosas, si todo el mundo lo hace no hay duda que está bien. ¡Ah! Y algo muy importante: señala con el dedo a quien no me siga. No te compliques en ser, yo seré por ti.

Felices los fríos de corazón, porque nadie os la pega.
Y dijo el dios Yo: Ve, desconfía de todos, especialmente de los pobres, aprovéchate de ellos. No ames, pues el amor roba tu intimidad. No dejes que entre nadie en tu vida. Tú mejor utiliza las personas y siempre serás libre. Date cuenta de lo mucho que te ofrezco…
Mi precio no te lo vas a creer; es la monotonía y la depresión. Pero eso sí, no se lo digas a nadie.

Felices vosotros cuando os aplaudan y os admiren. Alegraos porque será grande vuestro prestigio y la fama estará siempre con vosotros. Bien os habéis ganado la recompensa. Benditos vosotros porque vuestro es el éxito en el reino de la tierra. Amén. 
Un hombre santo se dirigía en peregrinación a un santuario. El viaje era difícil, y mientras a travesaba el bosque se perdió.
Durante varios días intentó encontrar un camino que le sacara del bosque. Recorrió todos los senderos y caminó en todas las direcciones, pero fue todo en vano. Es como si cada vez se metiera más dentro de la oscuridad del bosque.
Al fin tropezó con un grupo de trabajadores. También ellos andaban perdidos y buscaban el camino debido. Al ver al hombre santo se regocijaron.
<<¡Gracias a Dios!>>, se dijeron. <>.
Comenzaron a suplicarle. <>, le instaban. <>.
«No puedo deciros qué sendero debéis tornar, porque también yo lo ando buscando», respondió el hombre santo. «Sólo puedo señalar las sendas que parecen adentrarse más en el bosque. Mirad, exploremos juntos, ya que todos buscamos el mismo camino. Todos buscamos el camino que nos conduzca a la libertad y la salvación».

(Una historia india)












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