No basta "saber" que Dios es misericordioso, que nos conoce y quiere nuestro bien. La invitación es a compartir con él la vida, las luchas y las esperanzas, a confiarnos a su amor y su gracia.
La vida en el Espíritu consiste en un llegar a ser, aceptar, conocer y vivir plenamente lo que en verdad ya somos: hijos amados. Y este peregrinar pasa necesariamente por unir nuestro propio camino al de Jesús, el Hijo por el cual podemos llamar a Dios Padre.
En este tiempo en que buscamos una unión más íntima con el Señor y su misión, escuchamos su llamada: "El que quiera venir en pos de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz de cada día y me siga" (Lc 9, 23). ¿Cómo podría definir hoy el contenido de esta invitación para mi vida concreta?
Es confiándonos a su gracia, dejando de asegurarnos la aceptación o aferrarnos a lo que tenemos, que podemos ganar la verdadera libertad, esa vida en abundancia que nos permite movernos al compás de los soplos del Espíritu.
"Dame la cruz, te doy mi cruz, dame tu mano
sólo así podré entregarme por entero
y caminar nuevamente por el aire
como la hoja que se mueve con tu viento".
Pedimos humildemente durante este tiempo de Cuaresma que el Señor nos ayude a hacer la ofrenda del corazón libre, para que así, "siguiéndole en la pena, también le sigamos en la gloria" [EE 95].
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Volver a volar es una composición del P. Juan Ignacio Pacheco. Se encuentra en su disco "Levántate", que puedes adquirir en las librerías del Movimiento de Schoenstatt o a través de Candil Producciones. Esta versión la interpreta Cristóbal Fones, SJ.
Puedes acceder a todo el material compuesto por el P. Juan Ignacio y por otros seminaristas y padres de Schoenstatt en Chile a través de este link (Música desde Schoenstatt). El texto con los acordes puedes descargarlo aquí (Volver a volar).
http://cantandonuestraesperanza.blogspot.com.es/2008/03/volver-volar.html
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