viernes, 4 de octubre de 2013

Megapost de Reflejos de Luz y LasMelli


Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, no puede brotar la vida.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, lo único posible es el miedo.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, aparecen los “espíritus”.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, la rutina lo invade todo.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, no podemos congregarnos en tu nombre.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, se olvidan las cosas esenciales.
Danos tu Espíritu, Señor. Donde no hay Espíritu, no puede haber verdad.
Jesús les había repetido en diversas ocasiones: “¡Qué pequeña es vuestra fe!”. Los discípulos no protestan. Saben que tiene razón. Llevan bastante tiempo junto a él. Lo ven entregado totalmente al Proyecto de Dios; solo piensa en hacer el bien; solo vive para hacer la vida de todos más digna y más humana. ¿Lo podrán seguir hasta el final?

Según Lucas, en un momento determinado, los discípulos le dicen a Jesús: “Auméntanos la fe”. Sienten que su fe es pequeña y débil. Necesitan confiar más en Dios y creer más en Jesús. No le entienden muy bien, pero no le discuten. Hacen justamente lo más importante: pedirle ayuda para que haga crecer su fe.

La crisis religiosa de nuestros días no respeta ni si quiera a los practicantes. Nosotros hablamos de creyentes y no creyentes, como si fueran dos grupos bien definidos: unos tienen fe, otros no. En realidad, no es así. Casi siempre, en el corazón humano hay, a la vez, un creyente y un no creyente. Por eso, también los que nos llamamos “cristianos” nos hemos de preguntar: ¿Somos realmente creyentes? ¿Quién es Dios para nosotros? ¿Lo amamos? ¿Es él quien dirige nuestra vida?

La fe puede debilitarse en nosotros sin que nunca nos haya asaltado una duda. Si no la cuidamos, puede irse diluyendo poco a poco en nuestro interior para quedar reducida sencillamente a una costumbre que no nos atrevemos a abandonar por si acaso. Distraídos por mil cosas, ya no acertamos a comunicarnos con Dios. Vivimos prácticamente sin él.

¿Qué podemos hacer? En realidad, no se necesitan grandes cosas. Es inútil que nos hagamos propósitos extraordinarios pues seguramente no los vamos a cumplir. Lo primero es rezar como aquel desconocido que un día se acercó a Jesús y le dijo: “Creo, Señor, pero ven en ayuda de mi incredulidad”. Es bueno repetirlas con corazón sencillo. Dios nos entiende. El despertará nuestra fe.

No hemos de hablar con Dios como si estuviera fuera de nosotros. Está dentro. Lo mejor es cerrar los ojos y quedarnos en silencio para sentir y acoger su Presencia. Tampoco nos hemos de entretener en pensar en él, como si estuviera solo en nuestra cabeza. Está en lo íntimo de nuestro ser. Lo hemos de buscar en nuestro corazón.

Lo importante es insistir hasta tener una primera experiencia, aunque sea pobre, aunque solo dure unos instantes. Si un día percibimos que no estamos solos en la vida, si captamos que somos amados por Dios sin merecerlo, todo cambiará. No importa que hayamos vivido olvidados de él. Creer en Dios, es, antes que nada, confiar en el amor que nos tiene.

Pagola

Si quieres ser feliz da.
Si quieres ser completamente feliz dalo todo.
Y si lo que quieres es elevarte hasta volar, pídele a Dios darte completamente siendo misionero.
Primer corto de animación español sobre los misioneros y la Misión.
Cuenta la historia de un monje, Demetrio, que un día recibió una orden tajante: debería encontrarse con Dios al otro lado de la montaña en la que vivía, antes de que se pusiera el sol. El monje se puso en marcha, montaña arriba, precipitadamente. Pero a mitad de camino se encontró a un herido que pedía socorro. Y el monje, casi sin detenerse, le explicó que no podía pararse, que Dios le esperaba al otro lado de la cima antes de que atardeciese. Le prometió que volvería en cuanto atendiese a Dios. 
Y continuó su precipitada marcha, horas más tarde, cuando aún el sol brillaba en todo lo alto, Demetrio llegó a la cima de la montaña y desde allí sus ojos se pusieron a buscar a Dios. Pero Dios no estaba. Dios se había ido a ayudar al herido que horas antes se cruzó por el camino. Hay, incluso, quien dice que Dios era el mismo herido que le pidió ayuda.

(Leyenda Eslava)

Pensamos que la vida es una linea recta o, como mucho, una linea con curvas y caminos cruzados. Pocas veces pensamos en la circularidad de la vida pero es posible que esta sea una círculo en el que el comienzo lo inicia Dios y en el final lo cierra Dios.
Cuando nacemos nos sentimos inseguros y solos, nuestro cuerpo se va desarrollando en alma de niño, somos ingenuos, alegres, no damos importancia a las cosas, no entendemos de peligros, somos amigos de todos, vivimos un mundo de fantasía.
Con el paso de los años trabajamos, nos preocupamos por casi todo, los proyectos se vuelven metas difíciles de alcanzar, las amistades se rompen y surgen otras nuevas, la tristeza nos invade ante los sufrimientos...
En el declive de la vida alcanzamos la serenidad, la calma, dejamos de dar importancia a las cosas superficiales, recuperamos la ingenuidad, hacemos una fiesta de las visitas que recibimos, podemos sentirnos solos o inseguros, vamos recuperando ese mundo fantástico que hace de cada día una oportunidad de vivir...
La vida es circular, sí.

Encar_AM

Era un día lluvioso y gris. El mundo pasaba a mi alrededor a gran velocidad. Cuando de pronto, todo se detuvo. Allí estaba, frente a mí: una niña apenas cubierta con un vestidito todo rotoso que era más agujeros que tela. Allí estaba, con sus cabellitos mojados, y el agua chorreándole por la cara. Allí estaba, tiritando de frío y de hambre. Allí estaba, en medio de un mundo gris y frío, sola y hambrienta.
Me enfadé mucho y dije: "¿Cómo es posible, Señor, que habiendo tanta gente que vive con tanto dinero, permitas que esta niña sufra hambre y frío? ¿Cómo es posible que no hagas nada?
Luego de un silencio que me pareció interminable, sentí la voz de Dios que me contestaba: "¡Claro que he hecho algo! ¡Te hice a ti!"

-Todos podemos aportar algo para mejorar el mundo y para ayudar a los que lo necesitan. Comenzamos hoy la semana dedicada al DOMUND. Pensemos en tantas personas que no tienen lo necesario para vivir. ¿Qué podemos nosotros hacer por ellos?
A veces, queremos decir tantas cosas pero no las decimos...
A veces, se nos va el tiempo, en discusiones sin sentido...
A veces, en vez de decir cuanto amas, te la pasas diciendo tonterías...
A veces, pierdes a la persona que más amas, por no tratar de entenderla...
A veces, es bueno decir te amo, en vez de decir otras cosas...
A veces, es bueno pedir a Dios amar más y entender a la gente mejor...
A veces, las días no son, como quisieras que fueran... el sol no brilla como quisieras y tus días son grises... la luna no la ves y tus noches son oscuras...
A veces, hay que tener paciencia, con la persona que dices que amas...
A veces, nos ciega la ira y ofendemos sin querer, a quien más amamos...
A veces, es bueno pedir perdón, si sabes que has ofendido...
A veces, es bueno dar gracias a la vida por tenerte...
A veces, es bueno decir una plegaria a Dios, dando gracias...
A veces, es bueno decirle a un amigo cuánto lo extrañas...
A veces, es bueno ver los defectos tuyos antes que los ajenos.
Por eso yo hoy te digo... Que me perdones, por todos esos momentos
que no disfrutamos, por andar en discusiones tontas. Quizás olvidaremos, pues hay que olvidar y perdonar. Que el sol hoy, esta alumbrando este día más que nunca. Que mi noche es clara, porque la luna esta dándome su luz.
Que mi Dios escucha mis oraciones y esta conmigo...
¿Por qué si la vida es tan corta, me la tengo que pasar
peleándome con todos los que me rodean?
¿Por qué no disfrutar de estos momentos, que son tan pocos,
que viven en ti y te dan esa energía que necesitas,
para luchar en la vida por lo que quieres? ¿Por qué no sonreírle a la vida?
¿Por qué no rodearme de amor, así la vida la veo de otro color,
y las penas son menos y los dolores se curan más rápido?.
A veces, lo mas bueno de la vida, no es lo mas bello: es lo que se ama.
A veces, es bueno decir estas palabras. Hoy es un día que quiero decirlas.
ROMA, 01 Oct. 13 / 01:43 pm (ACI/EWTN Noticias).- En una entrevista publicada hoy por el diario italiano La Reppublica, el Papa Francisco expresó las reformas que anhela realizar durante su pontificado en lo referente al poder y al servicio de la Iglesia en el mundo.

El Santo Padre advirtió que “la palabra narcisismo no me gusta, indica un amor desmedido hacia uno mismo y esto no está bien, puede generar daños graves no solo en el alma de quien lo sufre sino también en la relación con los otros, con la sociedad en la que vive”.

“El principal problema es que los más golpeados por esto que en realidad es una especie de desorden mental son personas que tienen mucho poder. Con frecuencia los jefes son narcisistas".

Interpelado por su entrevistador, el cofundador de La Reppublica, Eugenio Scalfari, sobre que “algunos jefes de la Iglesia lo han sido", Francisco dijo que “¿sabe qué pienso sobre este punto? Los jefes de la Iglesia a menudo han sido narcisistas, vanidosos y equívocamente estimulados por sus cortesanos. La corte es la lepra del papado".

A continuación, el Papa explicó que la Curia no es la corte del papado, aunque en ella “haya quizá cortesanos”.

La Curia vaticana, dijo, “en su complejidad, es algo distinto. Es la que a efectos gestiona los servicios que sirven a la Santa Sede. Pero tiene un defecto: es Vaticano-céntrica. Ve y cuida de los intereses del Vaticano, que siguen siendo, en gran parte, intereses temporales”.

“Esta visión centrada en el Vaticano descuida el mundo que nos rodea. Yo no comparto este punto de vista y haré lo que pueda para cambiarlo".

El Santo Padre indicó que “la Iglesia es o debe volver a ser la comunidad del pueblo de Dios y los presbíteros, los sacerdotes, los obispos preocupados por las almas, al servicio del pueblo de Dios”.

“La Iglesia es esto, una palabra no sorprendentemente diferente de la Santa Sede que tiene su propio papel importante, pero que debe estar al servicio de la Iglesia".

Francisco aseguró que “yo no habría podido tener la plena fe en Dios y en Su Hijo si no me hubiera formado en la Iglesia y tuve suerte de encontrarme, en Argentina, en una comunidad sin la cual yo no habría tomado conciencia de mí mismo y de mi fe".

Reconociendo que “no soy Francisco de Asís y no tengo su fuerza y su santidad”, el Santo Padre recordó que su primera decisión en su pontificado fue “nombrar un grupo de ocho cardenales para que sean mis consejeros. No cortesanos, sino personas sabias y animadas por mis mismos sentimientos”.
“Este es el inicio de esa Iglesia no solo vertical sino horizontal”.

El Papa remarcó además durante la entrevista que “la Iglesia no se meterá en política”.

Francisco también se refirió al número de cristianos en el mundo, señalados por su entrevistador como “una minoría”.

“Lo hemos sido siempre, pero el tema hoy no es ese”, dijo Francisco.

“Personalmente, pienso que ser una minoría es incluso una fuerza. Debemos ser una levadura de vida y de amor, y la levadura es una cantidad infinitamente menor que la masa de las frutas, flores y árboles que surgen de la levadura”.

El Papa señaló que “me parece que he dicho antes que nuestro objetivo no es hacer proselitismo, sino escuchar a las necesidades, deseos, desilusiones, desesperaciones, esperanza”.

“Debemos restaurar la esperanza en los jóvenes, ayudar a los viejos, abrirnos al futuro, difundir el amor. Pobre entre los pobres. Debemos incluir a los excluidos y predicar la paz”.

Francisco señaló que el Concilio “Vaticano II, inspirado por el Papa Juan y Pablo VI, decidió mirar a un futuro con espíritu moderno y abierto a la cultura moderna”.

“Los Padres Conciliares sabían que abrirse a la cultura moderna significaba el ecumenismo religioso y el diálogo con los no creyentes. Después se hizo muy poco en esa dirección. Yo tengo la humildad y ambición para quererlo hacer”, aseguró.
4, 5 y 6 de octubre de 2013, en Valladolid
¿Qué puedo hacer por los otros? (Octubre Misionero)
Como cristianos nos preguntamos: ¿Qué puedo hacer por los otros? ¿Cómo puedo asumir mi compromiso misionero?
Es importante  interesarnos por los otros, los más cercanos y los más lejanos… y sentir con ellos, compartir su aflicción: ¿quién es mi prójimo? ¿Dónde está mi hermano? ¿Qué hago por ellos y con ellos?
También podemos seguir nuestro camino de solidaridad universal: comprometernos en acciones de solidaridad, compromiso por la justicia, oración personal y en grupo, y decirle a Dios: "¡Aquí estoy Señor!". Como Pablo, como Javier, como Lucía, como tantos misioneros/as, sacerdotes, religiosos/as, laicos/as….de nuestros días, como tú y yo…

SALMO DEL MISIONERO
Tú llamas a seguirte y arrancas al hombre de los suyos.
Tú llamas a seguirte y pides vender todo y darlo por nada.
Tú llamas a seguirte y exiges perder la vida, perderla toda.
Tú llamas a seguirte, cargando con la cruz como revolucionario
del amor entre los hombres. Tu llamada es radical.
Tú llamas por el nombre y haces tuyo al hombre para siempre.
Tú llamas porque has amado primero y el amor es comunión.
Tú llamas porque eres bueno, porque tu corazón es fiesta.
Tú llamas y abres al hombre la voluntad del Padre.
Tú llamas y quieres hombres libres que te sigan.

Aquí estoy, Señor, quiero seguirte con mi corazón roto.
Aquí estoy, Señor del alba, quiero cambiar haciendo seguimiento.
Aquí estoy, Señor Jesús, da ritmo a mi proceso.
Aquí estoy, Señor, porque me has llamado, gracias.

Quiero ser luz en la noche de cada hombre. Luz.
Quiero ser palabra que despierte al hombre dormido.
Quiero se agua fresca que dé vida a la planta seca.
Quiero ser pan partido, roto, dado en abundancia.
Quiero ser copa que desborde lo íntimo de mi ser.
Quiero ser racimo de uvas exprimido en el lagar.

Que tu Espíritu, Señor, sea derramado sobre mi.
Que tu Espíritu, Señor, sea la fuerza de mi debilidad.
Que tu Espíritu, señor, me conduzca al hombre oprimido.

Que con tu Espíritu libere al hombre de los cepos.
Que con tu Espíritu arranque de los labios las mordazas.
Que con tu Espíritu quite las vendas de los ojos.
Que con tu Espíritu rompa las cadenas de los pies.
Que con tu Espíritu deje al hombre sin fronteras.

Señor del alba, quiero hacer camino en tu camino.
Señor del alba, quiero hacer verdad en tu verdad.
Señor del alba, quiero hacer vida en tu vida.
Señor del alba, aquí estoy a la voz de tu llamada.

Hace mucho tiempo, un rey coloco una gran roca obstaculizando un camino. Entonces se escondió y miro para ver si alguien quitaba la tremenda roca. Algunos de los comerciantes mas adinerados del reino y cortesanos vinieron y simplemente le dieron una vuelta. Muchos culparon al rey ruidosamente de no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar la piedra grande del camino.

Entonces un campesino vino, y llevaba una carga de verduras. Al aproximarse a la roca, el campesino puso su carga en el piso y trato de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, lo logro. Mientras recogia su carga de vegetales, el noto una
cartera en el piso, justo donde había estado la roca. La cartera contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey indicando que el oro era para la persona que removiera la piedra del camino.

El campesino aprendió lo que los otros nunca entendieron. Cada obstáculo presenta una  oportunidad para mejorar la condición de uno.

Si alguna vez caes levántate y sigue adelante.

A un maestro en oración le preguntaron por qué se necesitaba orar. 
El maestro respondió: para poder apreciar las cosas que sólo se ven con los ojos del corazón. Las estrellas no se ven durante el día, pero eso no significa que no existan. En la leche hay mantequilla, pero ¿cómo adivinarlo sólo con verla? Para obtener mantequilla hay que batir la leche en un lugar fresco. Así, para llegar a la visión de Dios, hay que practicar las disciplinas mentales; para poder verle no basta con desearlo. A Dios sólo se llega cuando le preparamos el camino para que Él se manifieste. La realidad transparenta al Señor pero hay que estar despiertos y preparados para contemplar su presencia.

(Inspirado en E. Pilkington)
Siempre ten presente que: la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco,
los días se convierten en años.
Pero lo importante no cambia, tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de arana,
detrás de cada línea de llegada, hay una de partida;
detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo; si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas, sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lastima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota;
cuando no puedas trotar, camina;
cuando no puedas caminar, usa el bastón. Pero nunca te detengas.

Madre Teresa de Calcuta

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