viernes, 19 de diciembre de 2014

Reflejos de Luz

El ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor.
Lc 1, 5-25

Uno se admira de los recursos que tenía el Señor para dialogar con su pueblo, para revelar su misterio a todos, para cautivar a gente común con enseñanzas tan elevadas y de tanta exigencia. Creo que el secreto se esconde en esa mirada de Jesús hacia el pueblo, más allá de sus debilidades y caídas. El Señor se complace de verdad en dialogar con su pueblo. 
Papa Francisco, Evangelii Gaudium, 141

NO TENGÁIS MIEDO.
OS TRAIGO UNA BUENA NOTICIA
OS HA NACIDO UN LIBERTADOR.

Es de noche en Belén, y los pastores son esclavos. Esclavos de la noche desapacible y de la necesidad de velar las ovejas. Esclavos de la leña húmeda y de los lobos que acechan. Esclavos del amo que paga mal y exige mucho. Esclavos de su intenso deseo de irse a casa y acostarse con su mujer. Esclavos de su ansia de ser ricos. Esclavos de sus envidias, de sus rencores, de su violencia. Es de noche en Belén.

Y hoy también es de noche. Yo me siento también como esclavo en la noche. Tanto querer vivir bien, tanto necesitar que me respeten y que me quieran, tanto luchar a codazos por sobrevivir en la competencia de cada día. Tanto soñar, tanto envidiar, tanto trabajar, tanto temer la enfermedad, la muerte, la pobreza. ¿Quién me libertará de esta noche de muerte que es a veces como siento mi vida?

Apareció en la noche de Belén la luz de una buena noticia. Dios es un niño pobre, necesitado, que nació en el amor entre gente sencilla. El ruido de la posada, el palacio del Rey, el esplendor del Templo, no han sido sitios buenos para el amor de Dios. Mejor la cuadra discreta, la intimidad del cariño, mejor la compañía de la gente sencilla que se sabe pobre. Mucho mejor.

La posada, el palacio y el templo ni se han enterado de que ha nacido un niño. Y sin embargo, están perdidos. No saben aún que ese niño es peligroso. Se enterará muy pronto el Rey, y buscará matarlo. Se enterarán los sacerdotes y lo crucificarán pensando acabar con él. La posada no se enterará nunca, porque se siente a gusto en el bullicio de la noche. Jerusalén, la gran ciudad, no se ha enterado, está dormida en medio de la noche. La noche. La noche no sabe aún que está perdida, que llega el amanecer, que está saliendo el sol y se acaba el poder de las tinieblas. Despierta, Jerusalén, que amanece, despierta, que llega tu luz.

Niño chiquito, frágil como la primera llama cuando prende la hoguera, que casi cualquier cosa puede acabar con ella. Pero la llama prenderá la hierba pobre de los pastores, y luego el matorral y el bosque y la pradera, y arderá hasta el agua de los ríos y del mar, y todas las falsas estrellas de la noche y el sol mismo van a parecer heladas al calor de este fuego. Cualquiera, parece, puede matar al niño, pero nadie podrá hacer que muera. Niño contagioso, todo el mundo es como paja seca anhelando prenderse en esa llama.

Este niño me salvará de mi noche de muerte. Mi envidia y mi pereza, mi necesidad de disfrutar cada vez más, mi rencor, mi violencia y mi avaricia, lo que seca mi vida y la hace estéril, lo que cierra las sombras y me hunde en la falta de sentido, lo que me roba la paz y la esperanza, lo que convierte cada día en una estepa desolada y sin agua, la noche de mi vida...

Una buena noticia por palabra del ángel. Hay salvación, hay luz, no tengáis miedo. No es más fuerte la noche, no es más fuerte la violencia, no es más fuerte la injusticia, no es más fuerte el odio, no es más fuerte el dinero. Dios es más fuerte. Parece un niño, pero es indestructible.

No os dejéis engañar por los medios, pregoneros de la noche. Trompetean el reino de las tinieblas, disfrutan voceando el poder de las sombras, el triunfo de los placeres fáciles, hacen dinero vendiendo fotos de la desgracia, se desviven por halagar al poderoso, sientan en tronos, por un día, el humo vano de la belleza, el dinero, la fuerza, los ídolos de barro, los que fascinan un momento y dejan mal sabor de boca, los que esclavizan y convierten a las personas en muñecos de tierra sin espíritu, sin destino, botijos frágiles, decorados y barnizados en colores brillantes, rellenos de oscuridad, panzudos, presuntuosos y vacíos.

Vamos a Belén, pastores, sencillos, insignificantes pastores. Para Dios no sois insignificantes, a vosotros se os ha regalado la luz, a vosotros os han quitado el temor, vosotros os habéis enterado de que el mundo se salva por el amor sencillo. No tengáis miedo a la noche; hay luz para caminar. No tengáis miedo al poder de Herodes, que no podrá con el niño. No tengáis miedo al orgullo engreído de los sacerdotes y los doctores, que ni matándolo le harán morir.

Noche para la fe, noche para la esperanza. Noche para hacer un acto de fe y de esperanza en el poder salvador del amor sencillo, encarnado, cotidiano. El niño se va a salvar por los cuidados de María, por el esfuerzo de José. Jesús va a vivir para siempre en el corazón y en las obras de los pobres de espíritu, de los misericordiosos, de los limpios de corazón.

Noche para llorar de alegría junto al pesebre, sabiendo que la vida está salvada, que las sombras del poder de las tinieblas no pueden nada contra este niño, que nada ni nadie nos puede apartar del amor de Dios que resplandece en el amor sencillo, presente cada día en las personas que han abierto su casa a la palabra, la palabra hecha niño.

¿Me permite sugerir que esta noche tenemos que ir a la Misa del Gallo?. Cenaremos menos y más deprisa que otros años. Saldremos de casa, y hará frío. Nos juntaremos, quizá unos pocos, casi en silencio, mientras muchos montan su juerga y hacen ruido. Y lloraremos de alegría por la luz, el amor, la sencillez. Sentiremos la presencia de Dios, nos alimentaremos otra vez con la Palabra, gustaremos a Dios-pan para el camino. Y calarán hasta el fondo de nuestra alma las palabras del ángel:

NO TENGÁIS MIEDO. OS TRAIGO UNA BUENA NOTICIA:
OS HA NACIDO UN LIBERTADOR.

José Enrique Galarreta
Posted: 18 Dec 2014 11:59 AM PST

"Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento" (cf. Lucas 2, 4-7).
Seguro que ayudará a reflexionar y a dar el verdadero sentido que tiene la Navidad.
Jesús sigue naciendo en nuestra vida cada día, en cada acontecimiento. Hoy queremos unirnos a todos los hombres y mujeres de este mundo, especialmente a los más desfavorecidos. A aquellos en los que Dios se manifiesta de forma especial…

Hace ya más de 24 años que, llegando las fechas de Navidad, entonamos de nuevo esa antigua canción de José Luis Perales: “Navidad es Navidad”… Se ha convertido en slogan navideño para aquellos que deseamos un mundo mejor y para aquellos a los que la Navidad toca especialmente el corazón queriendo recordar situaciones de nuestro mundo en las que queremos que Jesús de nuevo vuelva a nacer.

Hoy esta canción resuena por dentro con toda la novedad del momento. Sus acordes se acompasan en la actualidad de nuestra historia..

La tierra se alegra y se entristece la mar, ese mar azotado por los huracanes, desbordado por el viento impetuoso que hace de las aguas serenas y tranquilas un oleaje devastador.

¡Dejan sus redes y rezantantos y tantos habitantes de las costas tropicales que lo han perdido todo! ¡Tantos niños visitados por Katrina, Wilma, Alpha… que vieron cómo se marchaban sus familiares más cercanos!

¡Miran la estrella pasarlos tripulantes de las pateras  que, cargados de esperanza y miedo, se lanzan a la aventura de buscar una vida más digna y justa!

Hacen en su barco un altar los subsaharianos que se preparan para el asalto de la muralla que les conducirá a un país en el que reine la paz y prosperidad. Tantas personas sencillas y humildes que hacen de Jesús, niño y pobre, elemento fundamental en el camino de cada día.

Las noches blancas de hospital desean dejar su llanto en la noche de navidad pero el dolor y la pérdida de los seres más queridos hacen que su llanto se prolongue. Hospitales africanos, asiáticos, latinoamericanos… que carecen de los elementos básicos para atender a los cientos de personas enfermas que alargan sus manos esperando encontrar una mano amiga cargada de ayuda y solidaridad.

Deseo decirles a los caminantes sin hogar, que vengan a mi casa esta noche, la casa de un mundo que albergue a todos por igual sin distinción de raza o color, de posición económica o social. Una casa de puertas abiertas a compartir amor y felicidad.

Caminante refugiado, caminante doliente, deja tu alforja llenar de esperanza, de confianza en que este mundo puede cambiar. Que las riquezas pueden ser repartidas equitativamente y… que la mayor riqueza reside en nuestro interior, esa que nadie nos puede quitar. Si miras hacia atrás sufres, si miras hacia delante te entristeces, pero si miras a los lados verás a Jesús caminando contigo acompañando todo lo que vives y eres.

¡Ven soldado, vuelve ya!, para sanar tus heridas, para prestarte esa paz que deseas encontrar en Irak y en tantos pueblos donde la violencia se adueña de nuestros corazones. Donde es más importante el dinero conseguido con la exportación de armas que la vida humana, donde la violencia se alza como bandera de las naciones queriéndonos recordar que la persona no cuenta, que el dinero es el rey.

Si escuchamos el mensaje, dejaremos el odio y construiremos la paz que une a los pueblos y a las personas. Iremos con Él en Navidad, en verano y en pascua, porque Él será el centro que nos mueva a vivir en armonía y fraternidad.

Que las notas de esta canción sigan haciendo eco en este nuestro mundo, tan dividido y fragmentado. Que cuidemos la tierra que Dios nos ha dado colaborando y mimando cada una de sus criaturas.

Que seamos artífices de la paz en nuestro entorno más cercano y también en el más lejano.

Que no cerremos los ojos ante la llegada de la navidad pensando en luces de colores y árboles decorados de bonitas figuras. Que nuestra figura principal y central sea la de un Dios hecho niño que se hizo débil con el débil y humilde por siempre jamás.

Encar_AM

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