Este
día no hay celebración eucarística, pero tenemos la acción litúrgico
después de medio día para conmemorar la pasión y la muerte de Cristo.
Cristo nos aparece como el Siervo de Dios anunciado por los profetas, el
Cordero que se sacrifica por la salvación de todos.
La
cruz es el elemento que domina toda la celebración iluminada por la luz
de la resurrección, nos aparece como trono de gloria e instrumento de
victoria; por esto es presentada a la adoración de los fieles.
El
Viernes Santo no es día de llanto ni de luto, sino de amorosa y gozosa
contemplación del sacrificio redentor del que brotó la salvación. Cristo
no es un vencido sino un vencedor, un sacerdote que consuma su ofrenda,
que libera y reconcilia, por eso nuestra alegría.
Meditación del Viernes Santo
Jesucristo,
que viendo tu ejemplo de dinamismo, entusiasmo y deseos de cambiar el
mundo, no me quede con los brazos cruzados, sino que siga tu ejemplo y
me lance con intrepidez a hacerte reinar en los corazones de mis
hermanos los hombres.
Puntos a Meditar:
1. Cristo, hombre posesionado por la misión
Cristo
se presenta como un hombre entregado a la realización del plan del
Padre: salvar al hombre. Toda su vida está polarizada en torno a la
misión. En el campo de las relaciones humanas todo lleva una
intencionalidad, no hay lugar en Él para una amistad neutra, sabe
orientar todo hacia el anuncio del Reino de Dios. Así, cuando algunos
discípulos de Juan Bautista quieren saber quien es Él, que hace, donde
vive, les invita a acompañarle; después de la conversación, éstos
jóvenes inquietos han sido ganados para la causa del Reino. Cuando
entabla conversación con la mujer de Samaria (Jn 4, 4 ss) como sabe
llegar con finura psicológica y con habilidad pedagógica hacia una
realidad trascendente, hacia el terreno de su misterio personal y de su
misión.
2. El alimento de Cristo
Necesitamos,
como Cristo, no tener otro alimento que la voluntad del Padre.
Alimentar nuestra psicología, criteriología, nuestro mundo afectivo y
sentimental, nuestra voluntad con la riqueza, el esplendor y la enjundia
del Plan de Dios.
A Cristo todas las realidades materiales le hablan de Dios, todo es oportunidad para anunciar el mensaje de Dios...
3. Cristo un hombre dinámico
En
toda la vida de Cristo, en su persona y en su psicología, una fuerte
tensión: no es un tipo apático, amorfo, flemático, comodón, instalado,
sino un hombre que mira hacia el horizonte del mundo, escruta los signos
de los tiempos, lucha y se esfuerza con ímpetu por llevar al cabo la
tarea encomendada. Es un hombre dinámico, impaciente, si podemos hablar
así, por la misión : " Yo he venido a echar fuego sobre la tierra. ¿ Y
qué he de querer sino que encienda?" Tengo que recibir un bautismo, ¡ y
como me consumo hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer la
paz a la tierra? No he venido a traer la paz, sino la espada." (Lc 12,
49-51).
Citas bíblicas
Is 52, 13-15; 53,12;
Sal 30, 2.6.12-13.15-17.25;
Heb 4,14-16;5,7-9;
Jn 18, 1-19,42.
Blog Reflejos de Luz
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