María Auxiliadora nos dio a Cristo, nos da y nos lleva a Cristo,
nos hace más como Él. María sin Cristo no pintaría nada en la historia.
La Familia Salesiana, sin María, pinta muy poco. La Madre une a la
familia, abraza a los hijos pródigos que vuelven a casa, nos estimula
para que vivamos y propiciemos con todas las fuerzas y recursos una
devoción que libera, que nos hace fermento en la Iglesia de la opción
primera de la Iglesia y prioridad de la Familia: la evangelización,
que presenta a Cristo y llega hasta los más alejados y necesitados.
Ojalá toda la Familia recupere o potencie la dimensión pedagógica de
la devoción a María Auxiliadora: ella lleva y llega a donde no llega
Cristo, prepara el camino, lleva de la mano.
Muy a menudo, muchas cosas de la formación salesiana se pierden,
mientras que María Auxiliadora queda.
Dios ha hecho en Ella maravillas. A través de nosotros las hace
también: la FS llegamos a todos los rincones.
Con Ella somos padres y madres, hermanos y amigos de los jóvenes
y clases populares.
Desde Arequipa, muy enfervorizado por el clima tan formidable, un
abrazo muy muy grande y bendiciones.
Alegría, alegría y felicidades.
P. Alfonso Francia,
Delegado Inspectorial para la Familia salesiana
jueves, 24 de mayo de 2012
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