Que difícil es, en ocasiones, encontrar el camino que buscamos.
Es
como si todo se pusiera en contra nuestra para despistarnos de lo
verdaderamente importante, como si el abanico de opciones que podemos
escoger se multiplicara de tal manera que terminásemos sin saber por
donde ir para llegar al destino que deseamos.
Con
frecuencia lo fácil lo hacemos complicado, nos enredamos en el
trayecto, nos liamos con la vida, con las cosas... y a veces perdemos la
orientación.
Por eso, es necesario, tener siempre a mano una brújula... ¿y qué mejor brújula que la de Dios?
Su
Palabra, su mensaje, su vida... nos encamina hacia nosotros mismos,
hacia los demás y hacia la felicidad que solo alcanzan los que miran con
bondad su ternura de Padre.
La
vida puede enredarnos y confundir nuestras metas pero las alcanzaremos
si tenemos presente que lo importante no es el camino por donde
avanzamos sino el simple hecho de caminar.
Encar_AM
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