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(VIS)
El 28 de marzo, Jueves Santo, el Santo Padre celebrará por la mañana la
Misa del Crisma en la basílica de San Pedro y por la tarde se
trasladará a la Institución Penal para Menores de Casal del Marmo para
oficiar la Misa en la Cena del Señor a las 17,30.
Esta
Misa se caracteriza por el anuncio del mandamiento del amor y por el
gesto del lavado de los pies. En su ministerio como arzobispo de Buenos
Aires, el cardenal Bergoglio solía celebrarla en una cárcel o en un
hospital o bien en un centro para los pobres o los marginados. Con la
celebración de Casal del Marmo, el Papa Francisco prosigue con esa
costumbre que debe caracterizarse por un contexto de sencillez.
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Cuando
llegaba a Jerusalén para celebrar la pascua, Jesús les pidió a sus
discípulos traer un burrito y lo montó. Antes de entrar en Jerusalén, la
gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban ramas de árboles
alfombrando el paso, tal como acostumbraban saludar a los reyes.
Los que iban delante y detrás de Jesús gritaban:
"¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!"
Entró
a la ciudad de Jerusalén, que era la ciudad más importante y la capital
de su nación, y mucha gente, niños y adultos, lo acompañaron y
recibieron como a un rey con palmas y ramos gritándole “hosanna” que
significa “Viva”. La gente de la ciudad preguntaba ¿quién es éste? y les
respondían: “Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”. Esta fue su
entrada triunfal.
La
muchedumbre que lo seguía estaba formada por hombres, mujeres y niños,
cada uno con su nombre, su ocupación, sus cosas buenas y malas, y con el
mismo interés de seguir a Jesús. Algunas de estas personas habían
estado presentes en los milagros de Jesús y habían escuchado sus
parábolas. Esto los llevó a alabarlo con palmas en las manos cuando
entró en Jerusalén.
Fueron
muchos los que siguieron a Cristo en este momento de triunfo, pero
fueron pocos los que lo acompañaron en su pasión y muerte.
Mientras
esto sucedía, los sacerdotes judíos buscaban pretextos para meterlo en
la cárcel, pues les dio miedo al ver cómo la gente lo amaba cada vez más
y como lo habían aclamado al entrar a Jerusalén.
¿Qué significado tiene esto en nuestras vidas?
Es
una oportunidad para proclamar a Jesús como el rey y centro de nuestras
vidas. Debemos parecernos a esa gente de Jerusalén que se entusiasmó
por seguir a Cristo. Decir “que viva mi Cristo, que viva mi rey...” Es
un día en el que le podemos decir a Cristo que nosotros también queremos
seguirlo, aunque tengamos que sufrir o morir por Él. Que queremos que
sea el rey de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestra patria y del
mundo entero. Queremos que sea nuestro amigo en todos los momentos de
nuestra vida.
Explicación de la Misa del Domingo de Ramos
La
Misa se inicia con la procesión de las palmas. Nosotros recibimos las
palmas y decimos o cantamos “Bendito el que viene en el nombre del
Señor”. El sacerdote bendice las palmas y dirige la procesión. Luego se
comienza la Misa. Se lee el Evangelio de la Pasión de Cristo.
Al
terminar la Misa, nos llevamos las palmas benditas a nuestro hogar. Se
acostumbra colocarlas detrás de las puertas en forma de cruz. Esto nos
debe recordar que Jesús es nuestro rey y que debemos siempre darle la
bienvenida en nuestro hogar. Es importante no hacer de esta costumbre
una superstición pensando que por tener nuestra palma, no van a entrar
ladrones a nuestros hogares y que nos vamos a librar de la mala suerte.
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domingo, 24 de marzo de 2013
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