Fuente:
1. El Espíritu Santo enseñó a los Apóstoles:
Jesús lo había anunciado: “El Espíritu Santo que el Padre enviará en mi
nombre, Ése les enseñará todo y les recordará todo lo que yo les he
enseñado” (Jn 14,26). Gracias a la ayuda del Espíritu Santo los
apóstoles lograron comprender las enseñanzas de Jesús. Hoy también,
gracias a Él la Iglesia goza de una ayuda especial para enseñar siempre,
y en todas partes, la verdadera doctrina de Jesucristo. Y gracias
también a Él, nosotros los cristianos podemos comprender mejor las cosas
de la fe; él nos ilumina para entender y dar razones sobre nuestra fe;
nos capacita para saber discernir.
2. El Espíritu Santo santifica,
en el bautismo él nos hace nacer a una vida nueva, y formar una nueva
familia; es decir por su acción nos llenamos de la gracia, nos hace ser
y vivir como hijos de Dios y poder llamar a Dios “Padre”. Al ser hijos
de Dios podemos gozar de los bienes y regalos divinos. Gracias a Él
podemos convivir como hermanos dentro de la vida comunitaria.
3. El Espíritu Santo fortaleció a los Apóstoles
para ser sus testigos en la comunidad, así lo aseguró Jesús a sus
apóstoles, diciéndoles que cuando viniera el Espíritu Santo, ellos
darían testimonio de Él (Jn 15,26-27). Y así fue, los apóstoles que
estaban tristes y temerosos por la muerte de Jesús, cuando reciben el
Espíritu Santo se llenan de fortaleza y valentía y salen anunciar el
Evangelio; esto lo hacen ante sus amigos y hermanos; así como tu y yo
estamos llamados a hacerlo en nuestra comunidad. También hoy el Espíritu
Santo nos ayuda a vivir como discípulos de Jesucristo y a dar
testimonio de Él.
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