martes, 29 de abril de 2014
lunes, 28 de abril de 2014
viernes, 25 de abril de 2014
Roles de Resurrección
¿Has escuchado del pan de resurrección? Nosotros hemos hecho la receta de Galletas de Pascua,
que es muy parecida a la idea que nos presenta Lacy. La idea es la
misma, solo que la receta de los roles es más sencilla, lo cual puede
ser muy apropiada para niños pequeñitos.
Para que veas cómo se hace, visita:
Resurrection Rolls Recipe And Story
Do you want to know how to make resurrection rolls? Resurrection rolls are fun, easy, and yummy! They resemble cinnamon rolls. We like to bake them on Holy Saturday and eat them for breakfast on Easter morning. I’m going to give you the recipe for resurrection rolls, and step by step directions on how to use them to teach your kids about the Easter story!
Ingredients Needed To Make Resurrection Rolls:
- Canned Crescent Rolls
- 3 Tbs of Butter
- Small bowl of Cinnamon/Sugar Mixture (3 Tbs sugar + 1 Tbs cinnamon)
- 8 Large Marshmallows (or the number of crescent rolls you have)
- Parchment Paper or aluminum foil
How To Make Resurrection Rolls:
Before beginning, melt your butter,
preheat your oven to 350 degrees. Also, cover your pan in parchment
paper or aluminum foil. (Because believe-you-me… those melted
marshmallows are going to make some kind of a mess if you don’t!)
Tell your children something like this
(The Easter story you tell will vary depending on the age of the
children you’re working with.)
“Jesus was completely perfect and pure. He never sinned or did anything wrong. Even so, there were some people who didn’t like him because he said he was God. The crucified him, and he died on the cross on Good Friday. It was very sad. A man named Joseph took his body down from the cross.”
Give them each a marshmallow. Then tell them:
“This marshmallow represents the body of Jesus. It is white because Jesus was pure from sin. Back during Jesus’ time, they prepared bodies for burial by putting special oils and spices on the body. The butter and the cinnamon-sugar represent these oils and spices.”
Have them dip the marshmallow first in the melted butter, and roll it around. Then, roll it in the cinnamon-sugar mixture.
“Next, they wrapped Jesus’ body in a white cloth, kinda like a mummy. We’re going to wrap up our marshmallows like Jesus’ body was wrapped in cloth.”
Place the marshmallows on the crescent rolls, and wrap them up. Pinch
all the seams shut as well as possible. They will look like dough balls
when you’re finished.
Now, place your rolls in the oven, and tell your kids:
“Then, they placed Jesus’ body in a tomb cut in stone. It was kind of like a cave. They sealed it with a big heavy rock so that no one could get in, and placed soldiers in front of the tomb to guard it!”
Bake the rolls for 10 to 12 minutes until they are golden brown. Before removing them from the oven, tell your kids:
“Jesus was in the tomb for 3 days, and then he rose from the dead!”
Remove the resurrection rolls from your
oven. Some of the melted marshmallow probably escaped, but that’s ok,
because you used parchment paper.
Allow the rolls to cool for about 10 minutes before moving on.
Now, you cut the roll in half to reveal that it’s empty inside! Then you tell your kids:
“When Jesus rose from the dead on the third day, the tomb was empty, just like our rolls are empty inside! It’s just like an empty tomb!”
Now, eat your resurrection rolls! Tell your kids:
“These rolls are sweet, just like the resurrection story! Jesus died to save us from our sins. He loves you very much!”
We have also made them out of peeps before, which makes for rainbow colors inside of your empty tomb! Check out the full directions for rainbow resurrection rolls here.
martes, 22 de abril de 2014
domingo, 20 de abril de 2014
Blog Reflejos de Luz
MATEO 28, 1-10
Pasado
el sábado, al clarear el primer día de la semana, María Magdalena y la
otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto la tierra tembló
violentamente, porque el ángel del Señor bajó del cielo y se acercó,
corrió la losa y se sentó encima. Tenía aspecto de relámpago y su
vestido era blanco como la nieve. Los centinelas temblaron del miedo y
se quedaron como muertos. El ángel habló a las mujeres: - Vosotras, no
tengáis miedo. Ya sé que buscáis a Jesús el crucificado; no está aquí,
ha resucitado, como tenía dicho. Venid a ver el sitio donde yacía, y
después id aprisa a decir a sus discípulos que ha resucitado de la
muerte y que va delante de ellos a Galilea; allí lo verán. Esto es todo.
Con miedo, pero con mucha alegría, se marcharon a toda prisa del
sepulcro y corrieron a anunciárselo a los discípulos. De pronto Jesús
les salió al encuentro y las saludó diciendo: - ¡Alegraos! Ellas
se acercaron y se postraron abrazándole los pies. Jesús les dijo: - No
tengáis miedo; id a avisar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me
verán.
VOLVER A GALILEA
Los
evangelios han recogido el recuerdo de tres mujeres admirables que, al
amanecer del sábado, se han acercado al sepulcro donde ha sido enterrado
Jesús. No lo pueden olvidar. Lo siguen amando más que a nadie. Mientras
tanto, los varones han huido y permanecen tal vez escondidos.
El
mensaje, que escuchan al llegar, es de una importancia excepcional. El
evangelio más antiguo dice así: "¿Buscáis a Jesús de Nazaret, el
crucificado? No está aquí. Ha resucitado". Es un error buscar a Jesús en
el mundo de la muerte. Está vivo para siempre. Nunca lo podremos
encontrar donde la vida está muerta.
No
lo hemos de olvidar. Si queremos encontrar a Cristo resucitado, lleno
de vida y fuerza creadora, no lo hemos de buscar en una religión muerta,
reducida al cumplimiento externo de preceptos y ritos rutinarios, o en
una fe apagada, que se sostiene en tópicos y fórmulas gastadas, vacías
de amor vivo a Jesús.
Entonces,
¿dónde lo podemos encontrar? Las mujeres reciben este encargo: "Ahora
id a decir a sus discípulos y a Pedro: Él va delante de vosotros a
Galilea. Allí lo veréis". ¿Por qué hay que volver a Galilea para ver al
Resucitado? ¿Qué sentido profundo se encierra en esta invitación? ¿Qué
se nos está diciendo a los cristianos de hoy?
En
Galilea se escuchó, por vez primera y en toda su pureza, la Buena
Noticia de Dios y el proyecto humanizador del Padre. Si no volvemos a
escucharlos hoy con corazón sencillo y abierto, nos alimentaremos de
doctrinas venerables, pero no conoceremos la alegría del Evangelio de
Jesús, capaz de "resucitar" nuestra fe.
A
orillas del lago de Galilea, empezó Jesús a llamar a sus primeros
seguidores para enseñarles a vivir con su estilo de vida, y a colaborar
con él en la gran tarea de hacer la vida más humana. Hoy Jesús sigue
llamando. Si no escuchamos su llamada y él no "va delante de nosotros",
¿hacia dónde se dirigirá el cristianismo?
Por
los caminos de Galilea se fue gestando la primera comunidad de Jesús.
Sus seguidores viven junto a él una experiencia única. Su presencia lo
llena todo. Él es el centro. Con él aprenden a vivir acogiendo,
perdonando, curando la vida y despertando la confianza en el amor
insondable de Dios. Si no ponemos, cuanto antes, a Jesús en el centro de
nuestras comunidades, nunca experimentaremos su presencia en medio de
nosotros.
Si
volvemos a Galilea, la "presencia invisible" de Jesús resucitado
adquirirá rasgos humanos al leer los relatos evangélicos, y su
"presencia silenciosa" recobrará voz concreta al escuchar sus palabras
de aliento.
José Antonio Pagola
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Descargar el documento AQUÍ
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En
la vida es normal que tengamos temporadas en las que parece que todo se
nos viene encima. Quizá por una enfermedad, un problema personal o
familiar, dificultades en el trabajo, la muerte de un ser querido...
También puede ser una crisis de fe o de sentido que me hace dudar de lo
que vivo, de las opciones que he tomado en mi vida, que me hace
preguntarme por el sentido de lo que hago...Todo mi mundo empieza a
girar alrededor de ello y parece que la tristeza y la desesperanza se
adueñan de mí.
Encontrar al Resucitado es encontrar la esperanza en medio de todo ello. Confiar que eso, aunque
importante, no tiene la última palabra en mi vida. Que la luz volverá y que volveré a sentirme
acompañado. Empezar a preguntarme si no me habré olvidado de buscar a Jesús donde realmente
está.
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No lo podemos callar ¡HA RESUCITADO! No lo podemos apagar ¡HA RESUCITADO! Lo débil se ha hecho fuerte La muerte ha vuelto a la vida El llanto es gozo y alegría ¡HA RESUCITADO! ¿Seremos capaces de no asfixiar el secreto de esta noche? ¿Por qué, si somos hijos de la Pascua, nuestras voces enmudecen el grito de aquello que nos hace eternos? ¡HA RESUCITADO! Sean nuestros cuerpos Instrumentos que irradien la alegría De Cristo Resucitado Sean nuestras voces Cánticos que destellen y reflejen La alegría interna de los hijos de la VIDA Sean nuestros pies Mensajeros de un mundo nuevo Un mundo que necesita el esplendor de la Pascua Unos hombres que desconocen Que gracias a un Cristo humillado y muerto Nos ha hecho inmensamente ricos Herederos de una vida que ya no se acaba ¡HA RESUCITADO! Con el Señor, despertemos a la vida Con Jesús, levantemos nuestros cuerpos postrados Con Cristo, agradezcamos a Dios su poder y victoria Con el resucitado, gritemos que la muerte.. ya no es muerte..que es un sueño que termina ¡HA RESUCITADO! Hoy, la noche, ya no es noche Todo queda prendado por la belleza De Aquel que nos hace pasar de la tiniebla a la luz Del absurdo a la respuesta De la mentira a la verdad De la humillación a la gloria De la tierra al cielo De la esclavitud a la libertad ¡HA RESUCITADO! ¿No lo ves? ¿No lo ves? ¿No lo sientes? ¿No lo oyes? ¿Lo no vives? ¡Sí! ¡Cristo ha resucitado! ¡Aleluya |
Se rompen los muros y aparece la VIDA en la vida
y, la alegría que se desborda, en todos aquellos que celebran en esta Noche Santa y dichosa la alegría y el esplendor de la Pascua. La esperanza, por fin, se ha cumplido cuando, Cristo, vuelve tal y cómo lo había prometido en rescate de todos aquellos a los cuales tanto amaba. ¿Dónde está el silencio y la calma? ¿Dónde los sollozos de su despedida? ¿Dónde los guardias que le custodiaban? ¡NO HACE FALTA NADA! ¡AHORA TODO ES FIESTA! Porque, si la fiesta es vida, Cristo nos la trajo toda y nos hace partícipes de una, que nunca se acaba Porque, si la vida es una fiesta, la Resurrección de Cristo razón más que suficiente para vivir en una permanente alegría. Ahora, el corazón del hombre, se abre a la eternidad El día de hoy, las manos del hombre, se abren al amor Hoy, los pies del hombre, se orientan hacia el futuro En el presente, el corazón del hombre, ha sido definitivamente tocado por la acción de Dios. ¡ALELUYA! ¡EL SEÑOR HA RESUCITADO! La humanidad se reviste de fiesta porque, si Dios se hizo pequeño por salvarnos, ahora, pasando por una cruz, la Resurrección de Cristo nos trae una eterna primavera. Porque, si Dios prometió el todo por la nada, el hombre le responde con abundancia de fe y abriéndole su corazón, sus entrañas y su misma vida. ¡ALELUYA! ¡EL SILENCIO DIO LUGAR A LA FIESTA! Cantemos, con los ángeles y con todos los santos, Con toda la creación que explota en un esplendor inmaculado Con todos los creyentes que miran hacia el cielo ¡MIL VECES ALELUYA! ¡HAS RESUCITADO! ¡HA RESUCITADO! ¡Y NOSOTROS CON EL! ¡ALELUYA! ¡ALELUYA! |
sábado, 19 de abril de 2014
Blog Reflejos de Luz
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Madre del resucitado, mujer de entereza y fortaleza; Virgen de la fidelidad en medio del dolor y la muerte; Lámpara que permaneciste encendida cuando muchas se apagaron; Llama encendida que contagiaste ilusión; Mujer valiente y orante que siempre creíste a tu Hijo. LLENA NUESTRO CORAZÓN DE ALEGRÍA PASCUAL. Hija del Padre que cantaste las maravillas del Dios de la historia que se pone de parte de los pobres y excluidos; Mujer nunca resignada ante lo injusto y lo adverso, pero siempre dispuesta a ver en todas las cosas el paso salvador de Dios; Caminante discreta que seguías los pasos de tu Señor y Mesías sin querer robar el protagonismo a los apóstoles de tu Hijo: LLENA NUESTRA CORAZÓN DE ALEGRÍA PASCUAL. Mujer heroica por tu saber estar, tu saber hablar y tu saber callar; Mujer paciente que sabes que las cosas de calidad maduran con el tiempo, y que al corazón humano no le sirven las prisas y desesperos; Hermana y amiga que sabes guardar secretos y que sabes, también, contarle las cosas nuestras a tu Hijo mejor que nosotros mismos por tu delicadeza y finura: LLENA NUESTRO CORAZÓN DE ALEGRÍA PASCUAL. Santa María, misionera empedernida, que sobre una columna dicen que animaste al bueno de Santiago que quería regresar a Jerusalén derrotado ante la dificultad de la misión; Peregrina y emigrante que tuviste que refugiarte en Egipto hasta la muerte de Herodes, y cambiaste de residencia para vivir tu vejez con tu nuevo hijo, el discípulo amado; Mujer ligera de equipaje a quien pudo transportar los ángeles en tu peregrinaje definitivo al Cielo: LLENA NUESTRO CORAZÓN DE ALEGRÍA PASCUAL. Virgen del rosario y la letanía, que has escuchado tantas oraciones nuestras, unas bien hechas y otras cansadas y somnolientas; Madre de tantas ermitas, parroquias y santuarios, que has visto multiplicarse tu nombre en infinidad de advocaciones, porque todos te consideramos nuestra, y a todos atiendes y esperas; Reina, cuya única corona somos cada uno de nosotros, y que te llenas de luces cuando nos ves alegres y felices; puerta siempre abierta, y teléfono sin contestador, que no sabes de horarios y de citas previas y que nunca bostezas cuando te hablamos y te contamos nuestras miles de batallas: LLENA NUESTRO CORAZÓN DE ALEGRÍA PASCUAL. Espejo de justicia y santidad, que no te gusta la mentira, la doblez de corazón, el disimulo, la murmuración o la envidia; Trono de sabiduría que aguantas nuestros mantos y nuestras joyas, pero que encauzas nuestra generosidad hacia tus hijos más pobres, cuidadora solícita de las familias que nutres nuestros hogares de ternura y compasión; fortaleza de enfermos que sabes estar cerca de quien se le mueve los cimientos de la vida cuando aparece la enfermedad o la posible muerte. LLENA NUESTRO CORAZÓN DE ALEGRÍA PASCUAL. Madre e hija de la Iglesia, que quieres que seamos comunidades abiertas, acogedoras y solícitas; que mantienes las llamas de nuestros cirios siempre encendidos… LLENA NUESTRO CORAZÓN DE ALEGRÍA PASCUAL. |
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Lo
que hace que este día sea "santo" es que está preñado de una esperanza
cierta. Después de unos días muy intensos en los que todo se ha sucedido
con rapidez, casi sin frenos, la liturgia se calla, los altares de
callan, las bocas que cantaban se callan. Todo se sume en el silencio,
pero no es un silencio hueco, vacío, desprovisto de todo. Es un silencio
que alberga la vida y que la contiene antes de que ésta explote. El
sábado santo es como el brote nuevo que vemos en el árbol justo antes de
explotar en flores rebosantes de color, de vida, de savia nueva. Como
el brote que alberga la rama seca del que brotará una nueva rama
alimentada por el brío incontenible de la primavera. Sí, el sábado santo
sabe más de vida que de muerte porque, aunque anda de ambos
equidistante, deja atrás lo que la cruz clavó y el sudario cubrió y
promete la luz de una mañana soleada, brillante, plena.
Retomando
nuestro deambular por estos espacios, os invito a preparar el corazón
para la Vida y a que sin prisas emprendamos desde ya el camino que nos
abre la Pascua, esa que ya se vislumbra y que tan solo en unas horas
celebraremos.
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Dentro de tu grito en la cruz caben todos nuestros gritos,
desde el primer llanto del niño
hasta el último quejido del moribundo.
Desde tu grito lanzado al cielo encomiendan su vida
en las manos del Padre
todos los que se sienten abandonados
en un misterio incomprensible.
Desde el desconcierto lanzado como queja
de los que experimentaron tu amor
alguna vez pero se sienten abandonados ahora,
y sólo en la lucha contigo esperan su salida,
desde todas las noches del espíritu,
llega hasta tus manos de Padre nuestro grito.
En este grito tuyo último,
dolor de hombre y dolor de Dios,
inclinamos agotados la cabeza
y te entregamos el espíritu,
cuando llegamos a nuestros límites,
donde se extinguen los esfuerzos y los días
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Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la mujer
de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, al ver a su madre y, junto a ella, al discípulo que él tanto quería, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Después dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquel momento, el discípulo la acogió como suya (Cfr. Jn 19, 25–27). Dame, Señor, la alegría de descubrir a tu madre y tomarla como mía. Dame, Señor, la alegría de estar a la espera de tu palabra. como lo estuvo ella. Dame, Señor, la finura de acoger y hacer vida tu palabra como tu madre la acogió y vivió. Dame, Señor, ojos de sorpresa para contemplar y descubrir tu presencia en la debilidad de la vida. Dame, Señor, fe para conocerte y servirte en la gente que me rodea. Dame, Señor, manos para acogerte y tratarte en mis amigos y amigas como María te acogió y te abrazó a Ti. |
"Jesús
yace en su tumba y los apóstoles creen que todo se acabó. Todo el día
sábado su cuerpo descansa en el sepulcro Pero su madre, María, se
acuerda de lo que dijo su hijo : "Al tercer día resucitaré". Los
Apóstoles van llegando a su lado, y Ella les consuela. "
"El
Sábado santo es un día de luto inmenso, de silencio y de espera
vigilante de la Resurrección. La Iglesia en particular recuerda el
dolor, la valentía y la esperanza de la Virgen María. "
Ella
representa la angustia de una Madre que tiene entre sus brazos a su
Hijo muerto, pero no se puede olvidar en este momento ella es la única
que conserva en su corazón las palabras del anciano Simeón, que si bien
él profetizó que Cristo sería signo de contradicción y una espada le
traspasaría el alma, también indicó que Jesús sería signo de
resurrección.
Lo
que los discípulos habían olvidado, María lo conservaba en el corazón:
la profecía de la resurrección al tercer día. Y María esperó hasta el
tercer día.
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