Señor, es bueno darte gracias de corazón
y cantarte con gozo cada día.
Es bueno proclamar por la mañana tu lealtad
y por la noche decirte de verdad que me has querido.
Señor, es bueno decir que tus acciones
son mi alegría y mi esperanza.
Es bueno decirte que las obras de tus manos
son felicidad y fiesta para mí.
Qué grandes son tus obras, Señor.
Qué profundos son tus designios.
Qué grandes son tus proyectos para nosotros.
Qué grandes son tus deseos para el que te busca.
Es bello, Señor, siendo Tú el centro de mi vida.
Es bello, Señor, saber que Tú eres el Señor de mi vida.
Muchos no te conocen y me da pena
que pongan su vida en cosas que se acaban.
Muchos no saben que Tú eres Padre
y que nos quieres a todos con ternura.
Tú eres grande para siempre.
Tu amor me inunda y me hace feliz.
El hombre honrado florecerá como una palmera
se abrirá como un trigal fecundo,
siempre tendrá el fruto a mano
y su vida ante Ti, Señor, será preciosa.
Señor, es bueno darte gracias,
y cantarte de gozo cada día.
Es bueno abrir el corazón de par en par
y dejar que tu luz inunde de tu paz toda la vida.
Antonio López Baeza
sábado, 29 de septiembre de 2012
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