Una vocación solidaria sin fronteras ha hecho que Miguel Florido
(Las Palmas de Gran Canaria, 1978) hipoteque su tiempo
libre y ahorros en volcarse con los más desfavorecidos, a los que
brinda su formación y empeño por colaborar con un mundo mejor.
Florido es conocido en el deporte canario por su vinculación ejecutiva con el boxeo, deporte por el que siente «pasión» y en el que aporta desde su cargo de vicepresidente de la Federación Insular. Quiere ser noticia precisamente por todos los avances que trata de procurar a una disciplina que defiende «por su nobleza y ejemplaridad», pero lo cierto es que las actividades que realiza en sus vacaciones ennoblecen su figura. Ya ha estado tres veces en Puerto Príncipe, la capital devastada de Haití, y ha pisado remotas zonas de la selva amazónica de Colombia para ejercer de médico. Sin ahorrar horas y esfuerzos, costeando de su bolsillo viajes, estancia y muchos de los implementos que necesita para desarrollar su oficio. También, matiza, con colaboraciones de organizaciones sin ánimo de lucro y los movimientos sensibles que se han desarrollado dentro de la Organización de Médicos Colegiados (OMC), como la Federación de Redes de Colegios de Médicos Solidarios (FRCMS).
Desde que arrancó con esta actividad paralela, Miguel Florido admite que ha experimentado «un crecimiento personal enorme», dada la satisfacción que implica «atender a gente que no tiene nada» y que, ante el mínimo cuidado y gesto, «agradece de una manera increíble» la atención que se les dispensa.
«Todo empezó por una inquietud que tenía, la necesidad de poner mis conocimientos a disposición de poblaciones que han sufrido desgracias naturales o condiciones de vida especialmente duras. Probé con Haití, tras el movimiento sísmico que sufrió en enero de 2010, y me he enganchado, por decirlo de alguna manera. Repetí dos veces más y en junio estuve en Colombia. El balance que hago de estas experiencias es impresionante, desde todos los puntos de vista, y en cuanto pueda, sin duda que volveré a meterme en un avión con destino a alguna zona que requiera de personal médico a tiempo completo y sin más recompensa que la sonrisa de un niño», aclara Florido, implicado al máximo en extender entre sus colegas esta tendencia.
Fuente:
http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=273813
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