Evangelio según San Mateo 11,2-11.
Juan el Bautista oyó hablar en la cárcel de las obras de Cristo, y mandó a dos de sus discípulos para preguntarle:
"¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?".
Jesús les respondió: "Vayan a contar a Juan lo que ustedes oyen y ven:
los
ciegos ven y los paralíticos caminan; los leprosos son purificados y
los sordos oyen; los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a
los pobres.
¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de tropiezo!".
Mientras
los enviados de Juan se retiraban, Jesús empezó a hablar de él a la
multitud, diciendo: "¿Qué fueron a ver al desierto? ¿Una caña agitada
por el viento?
¿Qué fueron a ver? ¿Un hombre vestido con refinamiento? Los que se visten de esa manera viven en los palacios de los reyes.
¿Qué fueron a ver entonces? ¿Un profeta? Les aseguro que sí, y más que un profeta.
El es aquel de quien está escrito: Yo envío a mi mensajero delante de ti, para prepararte el camino.
Les
aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista;
y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande
que él.
sábado, 14 de diciembre de 2013
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