No
permitas jamás que algo te lastime o te duela. Recuerda que hay
alguien, con el pañuelo en la mano dispuesto a consolarte y aliviarte y a
darte su amor.
Nos ha nacido un Salvador.
Piensa a cuántos les gustaría que tú les regalaras una sonrisa.
Piensa cuántos esperarían que tú les estrecharas las manos con ternura.
Cuántos esperarían una palabra de cariño de tus labios pues quizás estén más solos que tú.
Si tienes familia, estréchalos contra tu corazón, apriétalos fuerte.
Perdona todo, dale paz a tu corazón y disfruta del instante...
La vida es tan corta, no hay tiempo que perder. Regálales tu amor
y agradece a Dios por tenerlos junto a tí.
Pues nos ha nacido un Salvador.
Cuando el insomnio te haga dar vueltas desesperadamente en la cama,
recuerda que hay alguien que puede sembrar sueños de paz en tu alma.
Cuando tu cruz te pese recuerda que alguien ya la llevó por tí.
Cuando te sientas humillado y burlado, recuerda alguien ya lo sufrió por tí.
Levanta
tu cabeza mira hacia el cielo, mira la belleza de ese manto de
estrellas y siente la ternura de ese Dios que se hizo Niño para habitar
en tu corazón, para que vuelvas a nacer en esta Noche, con una mirada
distinta... llena de ternura... con un corazón distinto, lleno de amor,
con el alma llena de regocijo y cubierta de esplendor pues esta noche...
Nos ha nacido un Salvador...
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