¡Qué
fácil nos resulta hablar de la vida de los demás! ¡Qué poco nos paramos
a pensar si aquello que decimos hace daño, directa o indirectamente a
los otros!
¿Será que nosotros hacemos todo bien y por eso nos sentimos con el poder de comentar o criticar aquello que otros hacen?
La vida ejemplar no existe. Todos intentamos hacer las cosas lo mejor que sabemos y podemos.
Cuando
nuestra mirada no es limpia no vemos más allá de lo puramente externo,
filtramos los comportamientos de los otros en función de nuestra
formación, cultura, intereses y gustos.
¡Cuantas
veces un mismo hecho realizado por dos personas diferentes lo
disculpamos en una y lo criticamos en otra!... Eso sucede porque no es
el hecho en sí lo que nos parece bien o mal sino la relación que tenemos
con las personas lo que nos hace perdonar o no.
Jesús
sí tuvo una vida ejemplar y... predicó con la vida, con el testimonio,
con los hechos... Perdonó a quienes lo crucificaban, se acercó a
aquellos que desconfiaban de él y entregó su vida para "darnos vida".
La vida de Jesús sí fue un ejemplo y... a pesar de ello... no criticó.
Encar_AM
No hay comentarios:
Publicar un comentario