Es fácil patinar a pesar de que nos empeñemos en que todo nos salga perfecto.
Solo patina el que sale a andar, el que se esfuerza por algo o emprende algún proyecto.
Los que no hacen nada nunca patinarán porque no se expondrán a la probabilidad del error.
Por
eso... prefiero a la gente que patina, a la que se confunde, a que que
da un resbalón, a la que mete la pata... porque esa gente ¡Está viva!
El
que patina siempre tiene opción de levantarse, de rectificar o intentar
de nuevo alcanzar una meta... el que no patina posiblemente esté
anclado en la inactividad o pasividad de los "brazos cruzados".
Dios siempre nos ofrece una nueva oportunidad, por eso, aunque resbales mil y una veces... levántate dos mil y dos veces.
Muchos desean que lo hagas y están ahí cerca de ti si acaso dieses un patinazo para ayudarte y caminar junto a ti.
Encar_AM
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