A veces llevamos una ruta que realizar y surgen situaciones que nos hacen parar la marcha.
En
ocasiones ese "cambio de planes" es sencillo pero otras veces ese parón
en el camino se convierte en un verdadero problema por resolver.
Cuando
encuentres obstáculos que te impidan seguir caminando ¡detente!...
analiza la situación nueva e intenta buscar una solución al alcance de
tu mano.
Si te detienes y te
estancas no avanzarás, pero si buscas otras vías es posible que puedas
llegar por fin a tu meta aunque tengas que dar rodeos.
Los caminos trazados no existen, cada uno vamos dibujando nuestro propio trayecto desde aquello que pensamos, vivimos y creemos.
"Los
caminos de Dios son inescrutables" y a veces aquello que para nosotros
es un problema se puede convertir en un trampolín para alcanzar la
felicidad.
Lo importante es
caminar, seguir caminando y siempre caminar porque... cuando luchas por
un objetivo concreto te acercas progresivamente al éxito de tu propio
esfuerzo por ser fiel a Dios y a ti mismo.
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