martes, 17 de julio de 2012

Señor y Padre nuestro,
danos un corazón grande,
capaz de reconocer en nosotros
todos y cada uno de tus dones.

Líbranos de la falsa humildad
que nos impide descubrir
en nuestra vida
la maravilla de tu acción
misericordiosa.

Enséñanos a sabernos
pequeños pero no despreciables,
siervos pero no esclavos,
pobres pero verdaderos hijos tuyos,
y a cantar con alegría y acción de gracias
que has hecho obras grandes
en nosotros
y tu nombre es santo.

Ayúdanos a cultivar con esmero
todas las semillas que tu amor fecundo
va sembrando
en el campo de nuestra vida,
para que, gracias a la acción
de tu Espíritu,
crezcan y fructifiquen
para alabanza de tu gloria.

Te lo pedimos por medio de tu Hijo,
Cristo resucitado,
y por intercesión de María,
madre y hermana,
agraciada y agradecida,
cantora de las maravillas de Dios.

Haznos vivir siempre, como ellos,
en espíritu de bendición, de alabanza
y de acción de gracias. Amén.

Ángel Sanz Arribas, cmf

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