jueves, 12 de julio de 2012


¡Tarde te amé,
hermosura tan antigua y tan nueva,
tarde te amé!

Tú estabas dentro de mí, y yo fuera,
y por fuera te buscaba, y deforme como era
me lanzaba sobre las cosas hermosas por Ti creadas.

Tú estabas conmigo,
y yo no estaba contigo.
Me retenían lejos de Ti todas las cosas,
aunque, si no estuviesen en Ti, nada serían.

Llamaste y clamaste,
y rompiste mi sordera.
Brillaste y resplandeciste,
y pusiste en fuga mi ceguera.

Exhalaste tu perfume,
y respiré,
y suspiro por Ti.

Gusté de Ti,
y siento hambre y sed.
Me tocaste,
y me abrazó  tu paz.

San Agustín

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