Señor Jesús, no quiero una vida que se apoye desde afuera.
No quiero muletas que no me dejen ir lejos.
No quiero soportes que no aguanten mi libertad.
No quiero parches para mi camino, ni caretas para mis problemas.
No quiero manos que me empujen, ni que den cuerda a mi fracaso.
No quiero quedarme en la cáscara de las cosas
mientras mi corazón se muere de hambre.
No quiero optar por la muerte, por las cosas que se acaban.
No quiero vivir desde la superficie, desde la piel.
No quiero ser vida vacía,
vida gastada.
Señor Jesús: ¡ quiero vivir con fuerza y desde adentro!
Quiero pedirte fuerza para optar.
Fuerza para optar como persona, como hombre.
Fuerza para optar por una fe decidida en Vos;
para optar por la comunidad en que vivo.
Fuerza para optar por un proyecto de vida;
para optar por los necesitados de ayuda.
Fuerza para optar por una vida sin término;
para optar y vivir siempre decidido a comenzar de nuevo.
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