Acostumbrarte
al estilo del Espíritu forma parte de tu tarea de evangelizador.
Necesitas interiorizar. Porque evangelizar no es un activismo
descontrolado, donde colabora más el que más cosas hace y más tareas
desarrolla.
Necesitas
que el Espíritu vaya ahondando en ti el mismo ser y el mismo estilo
evangelizador de Jesús. Lo que el Espíritu quiere hacer en ti es que un
día puedas llegar a decir con verdad: “Vivo yo, pero no soy yo, es
Cristo quien vive en mí”. Entonces serás el mejor evangelizador.
Que
no te parezca una meta inalcanzable. A medida que crezcas en sencillez,
serás testigo de la fuerza transformadora del Espíritu de Jesús. Déjate
guiar por Él y deja que vaya haciendo de “tu corazón de piedra un corazón de carne”.
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