Ven
Espíritu Santo, y mirá todos los miedos que guardo dentro de mí. Te
ruego que sanes todo temor, para que pueda caminar seguro en tu
presencia.
Mira a esta criatura que te suplica, no me abandones,
fortaleza mía. Tú eres como un escudo protector, y si tu fuerza me rodea
no tengo nada que temer.
Cúbreme con tu potencia, y no permitas
que ningún violento me haga daño, no dejes que algún espíritu dominante
pretenda adueñarse de mi vida. Aleja de mí a todos los que quieran
aprovecharse de mí.
Tú me protegerás de los envidiosos y de los que no se alegran con mis éxitos y alegrías.
Tú me protegerás de los peligros imprevistos.
Deposito en ti toda mi confianza.
Yo
acepto a Jesús como Señor de mi vida, todo mi ser es suyo. Por eso
confío en tu protección Espíritu Santo, y dejo ante ti todos mis
temores. Ven Espíritu Santo porque quiero luchar y caminar, pero lleno
de paz y confianza, amén!
sábado, 20 de octubre de 2012
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