“El Espíritu del Señor está sobre mí… Él me ha ungido y me ha enviado”. Como
evangelizador compartes esta misma conciencia de Jesús. El mismo
Espíritu que ungió y envió a Jesús te ha ungido también a ti y te ha
enviado.
No
te quedes ahí, atrévete a responder al envío. Cuando escuchas que el
Señor te dice: “ve y dile a mis hermanos…” te ocurre lo que a todos los
enviados: tienes miedo; y también se te ocurre pensar: “pero, ¿quién soy
yo…?” Y más aún en tu colegio, donde la gente te conoce…, y te agarra
por dentro eso que llamamos “el respeto humano”, el “qué dirán”.
Es
verdad, muchos van a decir: “pero, ¿quién es éste?”, “¿qué se ha
creído?”. También lo dijeron de Jesús sus paisanos, y hasta “se
escandalizaron de Él”. Si Jesús hubiera hecho caso al que dirán” no
hubiera pasado de ser un buen carpintero de Nazaret.
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