sábado, 27 de octubre de 2012
Orar es escucharte Padre.
Hablar con entera confianza
porque sé que me quieres.
Escucharte.
Antes que yo te hable me has hablado Tú a mí.
Me hablas al darme la vida.
Me hablas al darme amor y hacerme persona.
Me hablabas incluso antes de que yo existiera.
Me estás hablando continuamente
a través de la vida y el mundo,
y también, a través de Jesús de Nazaret.
A menudo, yo no me entero,
Pero Tú no cesas de hablarme.
Me hablas dentro del corazón,
no con palabras sonoras.
Pero hablas fuerte, muy fuerte
y muy dulce a la vez.
Quiero hablarte.
Hablarte desde dentro de mí mismo,
desde tu realidad, desde tu verdad,
desde tu bien y tu humildad,
simplemente desde tu corazón.
Hablarte con silencios, con miradas,
con gestos y también con palabras.
Quiero hablarte de eso que Tú me comunicas.
Hablarte poco a poco, palabra a palabra,
sacándolas del fondo de ti mismo,
como algo muy tuyo, muy querido,
muy sentido.
Quiero hablarte a ti que sé que me quieres.
Me cuesta entenderte,
y hasta conocerte,
Oraciones y Plegarias Vocacionales
pero sé con seguridad que me quieres.
Muéstrame el camino de tu cariño.
Quiero hablarte con entera confianza.
Claro, precisamente por eso, porque me quieres.
Soy consciente que me quieres siempre,
incluso cuando actúo mal.
Tú me escuchas siempre,
incluso cuando actúo mal.
Sé que puedo confiar en ti con entera disposición.
Hazme servidor de tu Reino.
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