jueves, 31 de enero de 2013

Mirar con los ojos del corazón supone estar dispuestos a olvidar, a perdonar, a compartir, a entregarnos...
Para llevar el corazón en los ojos es necesario hacer ese trabajo interior diario que nos ayude a salir de nosotros mismos, que nos impulse hacia el otro sabiendo que en sus respuestas se reflejan nuestros actos.
Para ver con el corazón necesitamos aclarar nuestra mirada con el agua que da vida y que no se detiene en las apariencias ni en la falsedad del vacío.
Cuando miramos con el corazón nuestros ojos marrones, negros, azules... se transforman en un bello arcoiris que irradia luz a quien se siente mirado por nosotros.

Encar_AM

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