No hay caminos en mi vida, Señor;
apenas senderos
que hoy abro y mañana desaparecen.
Estoy en la edad de los caminos:
caminos cruzados, caminos paralelos.
Yo vivo en encrucijada
y mi brújula, Señor,
no marca el norte.
Corro cansado hacia la meta
y el polvo del camino
se me cuela a cada paso,
como la oscuridad a la noche.
Voy a galope caminando,
y a tientas busco un rastro,
y sigo unas pisadas. Y me digo:
¿Dónde me lleva el camino?
¿Sos quien ha extendido
a lo largo de mi vida un camino?
¿Cuál es el mío?
Si Tu me lo has dado
me pertenece.
¿Dónde me lleva? Si Tu lo has trazado
quiero saber la meta.
Señor, yo busco tu camino (sólo uno),
y me fío de tu Palabra.
Dame fuerza, empuje a cada paso
para caminar
Busco ahora un camino, Señor.
Y Vos, que sos Camino,
dale luz verde a mi vida
ya que a abrir camino Tu me invitás.
miércoles, 16 de enero de 2013
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