lunes, 3 de diciembre de 2012


No podemos vivir adormilados, ni ir por la vida con el pijama puesto y la mente embotada pensando en el dinero, o en los regalos o en cosas que, en el fondo, no nos hacen ser felices. Adviento es tiempo de despertarse con alegría. El reloj del Adviento es reloj que impulsa y despierta. Nos invita a velar, a permanecer despiertos, vivos, activos, comprometidos, con un rumbo claro y no equivocado. Nos encaminamos hacia Belén. Se ve la Estrella en el horizonte, la cueva…

Ahora toca dejarse prender por la vela de este primer domingo, que nos impulsa a no caminar en la oscuridad ni en el ensueño, sino en la senda de la búsqueda y del encuentro.

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