No
podemos vivir adormilados, ni ir por la vida con el pijama puesto y la
mente embotada pensando en el dinero, o en los regalos o en cosas que,
en el fondo, no nos hacen ser felices. Adviento es tiempo de despertarse
con alegría. El reloj del Adviento es reloj que impulsa y despierta.
Nos invita a velar, a permanecer despiertos, vivos, activos,
comprometidos, con un rumbo claro y no equivocado. Nos encaminamos hacia
Belén. Se ve la Estrella en el horizonte, la cueva…
Ahora
toca dejarse prender por la vela de este primer domingo, que nos
impulsa a no caminar en la oscuridad ni en el ensueño, sino en la senda
de la búsqueda y del encuentro.
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